Una de cada ocho compañías ha empleado esta fórmula en los últimos tres añosMuchas empresas cotizadas, a raíz de la crisis financiera, reinventaron su política de retribución al accionista para evitar fuertes salidas de caja sin necesidad de eliminar o recortar el dividendo. La fórmula mágica más elegida fue la de ampliar capital para ofrecer el pago en acciones nuevas -es lo que se conoce como scrip dividend-, con la que las cotizadas europeas se ahorrarán 84.000 millones de euros entre 2014 y 2018, según calcula la firma británica independiente Redburn en un informe. En los últimos tres años, las compañías habrían ahorrado un 34 por ciento del total de los dividendos que tendrían que haber pagado en metálico ya que muchos accionistas han aceptado papelitos en su lugar. Pese a no recortar sus pagos, las empresas han retenido 69.000 millones de euros en caja desde 2014. La cifra representa un 7 por ciento del total de las retribuciones abonadas en Europa, un porcentaje que desde la entidad esperan que baje al 4 por ciento este año. Esta práctica ha distorsionado por completo las rentabilidades que las compañías ofrecen al inversor. Margot von Aesch, analista de renta variable de Redburn, considera que "las empresas temen el impacto en las cotizaciones que prosigue a un recorte de dividendo", por ello, para demostrar que podían mantenerlo, "docenas de compañías han recurrido al scrip, permitiendo así que el mercado sobrestime la verdadera rentabilidad". Según los cálculos de la firma, si las compañías han ofrecido una rentabilidad media aparente del 4,7 por ciento en los últimos tres años, en realidad esta se reduce al 3,1 por ciento si se tiene en cuenta el efecto scrip. Empieza a retirarse El uso del dividendo en acciones no es exclusivo de las compañías españolas. Una de cada ocho empresas europeas ha utilizado el scrip desde 2014. No obstante, España sí es uno de los países europeos que más ha recurrido a esta fórmula de retribución al accionista en los últimos años. Y es el tercero en el que las empresas más han ahorrado, por detrás de Francia y Reino Unido. Este esquema de retribución sigue perdiendo peso, y en España, de hecho, el año en el que más extendido estuvo fue en 2013, antes de este análisis, cuando casi el 42 por ciento de los pagos de la bolsa española se realizaron con scrip, frente al 14 por ciento de 2017, según datos de BME, gracias a que grandes firmas como Telefónica lo retiraron. Por sectores, el financiero es, sin duda, el que más ha recurrido a esta política, tanto en Europa en general como en España en particular. La razón es sencilla: le ha favorecido por partida doble. Ha permitido a las entidades, además de mantener los dividendos en momentos en los que el beneficio se contraía, inyectar capital con las ampliaciones realizadas para pagar los dividendos justo cuando Bruselas les exigía mantener mayores colchones. Pero la banca también es la que más ha reducido su uso. En 2014, hasta 17 entidades financieras repartían papelitos entre sus accionistas, mientras que el número en 2017 se redujo a 11. En España, tanto BBVA como CaixaBank han dejado de utilizarlo, y Santander ya se ha comprometido a ello. Dejan atrás, eso sí, una fuerte dilución al ampliar el capital un 49,8 por ciento en el caso del Santander y del 28,6 y del 23,9 por ciento, respectivamente, en el de CaixaBank y BBVA. Estas operaciones dejan un importante impacto en el beneficio por acción (bpa). En cambio, en el sector industrial, la cifra creció en el último año; hasta 12 firmas europeas lo utilizaron, situándose a la cabeza al adelantar a la banca. También ha aumentado el número en el sector de las utilities, mientras se mantiene estable en el de la energía. La petrolera británica Shell, no obstante, anunció el pasado mes de noviembre su cancelación. Mientras, siguen empleándolo la también británica BP y la española Repsol, pese a que esta última ahora compensará la dilución con amortizaciones de títulos como Total. En otros sectores es mucho menos relevante, aunque hay grandes compañías europeas que siguen recurriendo a la entrega de acciones. En Francia, por ejemplo, es el caso de Danone. Ahora bien, también se aprecia la tendencia a retirarlo en Europa. Un ejemplo: la alemana Deutsche Telekom lo pagará en efectivo este año.