La divisa comunitaria llegó a marcar ayer su mínimo del año en los 1,1898 dólaresEl dólar continúa su escalada. Ayer logró ganar terreno en su cruce frente al euro, que se situaba en los 1,193 dólares, después de haber marcado su mínimo intradía en los 1,1898, lo que suponen niveles no vistos desde finales de 2017. Se debe a los fundamentales que dominan la economía de Estados Unidos y a la expectativa de subidas de tipos. Precisamente, el Comité Federal de Mercado Abierto de la Reserva Federal americana reconoció la semana pasada que sus objetivos se están cumpliendo y que la tasa de inflación interanual, tanto general como subyacente, se ha movido recientemente cerca del objetivo del 2 por ciento; mientras que el paro cayó hasta el 3,9 por ciento, mínimos desde el año 2000. Al contrario, la moderación observada en la economía de la eurozona -el pasado 26 de abril Mario Draghi señaló que la débil evolución de la inflación aún hace necesario "un amplio grado de estímulo monetario"- ha contribuido a que la divisa comunitaria se haya debilitado ya un 4,6 por ciento desde sus máximos frente al billete verde, marcados en febrero en los 1,2510 dólares (lo que equivale a un alza del 4,8 por ciento del dólar) En realidad, la recuperación del dólar es un viento a favor para las compañías europeas. En concreto, para aquellas que generan buena parte de sus ingresos en Estados Unidos, porque tendrán un abaratamiento relativo de sus costes de producción y les permitirá ser más competitivas cuando venden fuera (algunas de las españolas más afectadas son Grifols, Meliá o Acerinox). De hecho, ayer la renta variable del Viejo Continente vivió una sesión positiva, con el Dax alemán a la cabeza, que ganó un 1 por ciento en la jornada, y subidas del 0,36 por ciento en el caso del Ibex 35. Amenaza para los emergentes Pero la fortaleza del dólar, en cambio, perjudica a las economías emergentes, cuyas divisas se han depreciado durante tres semanas consecutivas. El carry trade, aquella fórmula por la cual un inversor en dólares decide comprar deuda extranjera -por tanto, su divisa- aprovechando la diferencia de rentabilidad que le ofrece la deuda emergente, está en peligro ya que la subida del dólar amenaza con borrar todas las ganancias y provoca, por ende, salidas de capitales. Esta situación ha hecho que las principales divisas latinoamericanas registren pérdidas frente al dólar desde la primera subida de tipos de Argentina el 27 de abril (ver noticia superior) lideradas por el peso argentino, que se ha depreciado un 5,99 por ciento, seguido del bolívar venezolano (-4,37 por ciento), el peso mexicano (-4,02 por ciento) y el real brasileño (-2,64 por ciento). Y es que muchas de estas posiciones se están revirtiendo ante las subidas de tipos (e incremento de la rentabilidad de la deuda) en Estados Unidos, cuyos activos presentan un menor riesgo y cuya rentabilidad está en aumento. No es lo único. Por otro lado, muchas empresas se han financiado en dólares a tipos mínimos en EEUU, por lo que la apreciación del billete verde encarece su coste de endeudamiento.