Según la sociedad inmobiliaria británica Nationwide, los precios de la vivienda en Londres cayeron un 0,5 por ciento en 2017. La incertidumbre en cuanto al Brexit, el aumento de impuestos y lo que algunos consideran como una corrección natural después de años de bonanza, son las justificaciones empleadas para explicar el estancamiento de las valoraciones. Muchos creen que la capital, que acoge a más de ocho millones de personas, tendrá que acostumbrarse a esta nueva realidad hasta que se restablezca la seguridad política y económica, ya que sus altos precios la hacen más susceptible que otras regiones a presiones.