Establecen que la rotación de acciones a bonos llegará con un 'T-Note' en el 3,6% Cuando uno pregunta a analistas y gestores cuándo se acabará este ciclo expansivo en el que está inmersa la economía a nivel global, gracias al impulso que se ha recibido de las políticas de los bancos centrales y, ahora también, al fiscal que llega por parte de la Administración Trump, pocos creen que se produzca este año. Otra cosa ya es preguntar por el año que viene... La última encuesta a gestores publicada por Bank of America Merrill Lynch avala este sentimiento de preocupación, ya que un 74 por ciento de estos inversores cree que la economía global se encuentra en la fase final de un ciclo económico que ha sido del todo expansivo, lo que es la cifra más alta desde que se publica esta encuesta que cuenta con casi veinte años de antigüedad. No es de extrañar, por tanto, que cuando a estos mismos gestores se les pregunta por sus expectativas en cuanto a crecimiento económico solo un 18 por ciento se muestren optimistas, la cifra más baja desde junio de 2016, cuando se conoció el sí de Reino Unido al Brexit. Sobre los porqués de este renacer del sentimiento negativo hay varias teorías y señales que apuntan a que ese crecimiento sincronizado que se está viendo en este 2018 vaya a tender a desaparecer en un futuro no tan lejano. Simon Ward, economista jefe de Janus Henderson, analiza una de ellas atendiendo al pico de crecimiento que alcanzó la masa monetaria global a finales de 2017, lo que sugiere que el avance económico "debería estar tocando techo actualmente" pudiendo desembocar en "una recesión global en el año 2019". No en vano, hay que tener en cuenta que el próximo año el mundo asistirá a acontecimientos que, como poco, pueden provocar una gran volatilidad en el mercado. "Ya en la segunda mitad empezaremos a ver más agresividad en la política monetaria de la Fed y con el BCE empezando ya a retirar sus estímulos. Lo segundo, es por la inflación. Y lo tercero es el Brexit, ya que a medida que nos acerquemos a marzo de 2019 se empezarán a descontar sus efectos", afirma David Lafferty, estratega de mercados de Ostrum AM. Además, hay que ver cómo digiere EEUU los estímulos fiscales anunciados por Trump que ya algunos economistas prevén que dispare su déficit, ahora en torno al 3,7 por ciento, a niveles del 5 por ciento, que nunca se han visto en un contexto de crecimiento y pleno empleo, como el que tiene ahora EEUU. "Cualquier economista puede explicar por qué estimular una economía que ya funciona a toda máquina no suele ser muy sensato. Si se encuentra ya al máximo, este tipo de medidas claramente pueden suponer un reto complicado", afirma Lukas Daalder, director de inversión de Robeco. Por no mencionar el impacto que en la economía pudiera tener la guerra comercial iniciada por EEUU que, de hecho, es ya lo que más preocupa a los gestores (ver gráfico). Menos acciones en cartera En todo caso, el panorama para el inversor de bolsa se complica, y no solo porque debe estar dispuesto a asumir más volatilidad, sino porque el bono americano empieza a ser otra vez competencia de la renta variable. En concreto, al tiempo que ha caído la sobreponderación en acciones, lo ha hecho también la infraponderación que tenían en bonos. Que sea el inicio de una tendencia dependerá del nivel del T-Note y ahí el 3,6 por ciento es "el número mágico" que, según la en-cuesta, puede provocar una rotación de acciones a bonos.