El sector del capital riesgo español parece vivir desde hace años en estado de gracia. Después de sufrir durante la crisis económica, los inversores volvieron a confiar en este tipo de vehículos de inversión a partir del 2013, registrándose cifras en la atracción de capitales no vistas desde los máximos de 2007. Varios parecen ser los factores de este gran cambio de tendencia, pero los principales son la escasa rentabilidad de los activos líquidos en un contexto de bajísimos tipos de interés, la recuperación de la economía española, la vuelta de los inversores extranjeros, sobre todo al sector inmobiliario, y el apoyo público al sector.