La fortaleza del entorno macro americano se recibe con los brazos abiertos entre las compañías más pequeñas del sector financiero. Los bancos regionales desarrollan el negocio tradicional de tomar depósitos en corto y financiar en largo. Por lo tanto, aunque son más dependientes de un empinamiento de la curva de tipos que del propio alza del apalancamiento para mejorar sus márgenes y beneficios, su futuro parece alentador, incluso sin la ayuda de la Fed. De hecho, esta misma semana, conocíamos los niveles de inflación, medidos por el IPC que, aunque se quedaban algo por debajo de la lectura anterior, alcanzaban el 2 por ciento.