La bolsa española no para de acumular un récord tras otro, pero no todos los valores se están contagiando por este entusiasmo, como le ocurre a Indra. En la última semana, mientras que el Ibex 35 gana posiciones con fuerza, las acciones de la empresa presidida por Javier Monzón pierden más de un punto porcentual. ¿La causa? Que el mercado está especulando con la posibilidad de que el Gobierno le pida a la española que salga al rescate de EADS -pierde en 2006 un 35 por ciento en bolsa por haber tenido que retrasar las entregas de su proyecto estrella, los aviones A380, más de un año-. Los rumores apuntan que Indra practicaría los primeros auxilios a EADS comprando una parte del capital. Y, si para el consorcio aeronáutico esto se convierte en un balón de oxígeno, obligaría a Indra a ajustarse el cinturón, porque el dinero no llegaría para todo y la compra de EADS pondría una severa incógnita a que Indra reparta el goloso dividendo extraordinario que espera el mercado. Y así lo empiezan a valorar los analistas. Aunque la empresa no se ha pronunciado, Banif advierte que vería la entrada de Indra en EADS como noticia negativa, porque "podría cerrar parte de su potencial dividendo extraordinario a los accionistas por una participación minoritaria en EADS para proteger los intereses del gobierno en la compañía". Los expertos de Banif esperan que Indra pague un dividendo extraordinario de 150 millones de euros a comienzos de 2007. De este modo, el dividendo total de la compañía, entre el extraordinario y el ordinario, supondría una rentabilidad total por esta vía superior al 8 por ciento.