Con un mercado muy influenciado de nuevo por temas geopolíticos, el calendario de indicadores trata de ganar protagonismo a través de todo aquello que tenga algo que ver con la inflación. Así, el PCE, ese derivado del IPC que es el que realmente sigue el FOMC de la Reserva Federal, no fue capaz en julio de recuperar fuerza, provocando que las expectativas de una nueva subida de tipos en diciembre cayeran aún más. Por esto cobra importancia el comportamiento de los salarios. No es que se hayan producido subidas muy marcadas, pero seguro que una decepción tiene un impacto inmediato y muy marcado en el mercado.