Marcan mínimos históricos en el 3,39% y rinden menos que el 3,53% de rentabilidad del selectivoArroja ganancias por precio del 4,23% en 2017, mientras que el año pasado generó un 9,07%Por primera vez en la historia la rentabilidad que obtiene el inversor de los bonos high yield denominados en euros es inferior a la que obtiene de los dividendos de las firmas del EuroStoxx 50. El rendimiento de este tipo de deuda que no aprueba el examen de las agencias de calificación ahonda en sus mínimos históricos y ya se sitúa en el 3,39 por ciento, 14 puntos básicos menos que la rentabilidad de los pagos de las compañías que integran el EuroStoxx, que actualmente se sitúa en el 3,53 por ciento. El rally que ha experimentado la bolsa europea desde el Brexit, superior al 30 por ciento, no ha mermado el atractivo de sus dividendos gracias a la recuperación que han experimentado los beneficios de sus cotizadas en los últimos años. Es lo que ha hecho posible que el rendimiento de sus pagos siga hoy en día moviéndose en el mismo rango de los últimos años, de entre el 3,5 por ciento y 4 por ciento, hasta el punto de hacer competencia a otros activos con más riesgo, como es la deuda con alta probabilidad de impago. Es más, mientras la expectativa de rentabilidad para ésta se sitúa ya en el 3,23 por ciento, algunos de los pagos que se pueden encontrar en el EuroStoxx 50 ofrecen rendimientos superiores al 7 por ciento, como es el caso de Intesa Sanpaolo -el más rentable de todos-. No es el único que supera el rendimiento del high yield europeo: los que Eni, Total, Daimler o Axa abonan este año también rentan más de un 5 por ciento (ver gráfico). La deuda high yield en euros -aquella con un rating inferior a BBB para S&P y de Baa para Moody's- ya genera unas ganancias por precio del 4,23 por ciento en los seis primeros meses del año, prácticamente la mitad del 9,07 por ciento cosechado el año pasado. Los inversores consideran este tipo de bonos como un oasis en el medio del desierto de rentabilidades en renta fija que provocan las políticas de estímulo impulsadas por el Banco Central Europeo, con tipos cero y un programa de compra de activos de 60.000 millones de euros al mes. El empujón del BCE El empujón que reciben por parte de la institución presidida por Mario Draghi puede llegar a ser doble. Además de realzar su atractivo frente a la rentabilidad del resto de deuda en niveles históricamente bajos, también se beneficia de las compras de deuda corporativa. "Existe un buen número de emisiones de deuda high yield que tienen este rating para algunas agencias, pero de grado de inversión para otras, lo que implica que pueden ser elegibles para la compras de bonos del BCE" destacan en Fidelity. Una de las amenazas que se cierne sobre la renta fija es la expectativa de que el BCE siga el camino abierto por la Reserva Federal y retire sus políticas de estímulo. Sin embargo, la previsión de cuándo se hará la primera subida de tipos en la zona euro se ha ido retrasando paulatinamente en los últimos meses de octubre de 2017 a diciembre del año 2018 y, además, en caso de adelantarse, este tipo de bonos se encuentran más blindados que el resto de cara a la normalización monetaria en la zona euro. Como destacan en Linc Macro Research, "los bonos high yield cuentan con una menor duración que los gubernamentales y los bonos con grado de inversión", por lo que se ven menos afectados por unas subidas de tipos que perjudican a la deuda a más largo plazo. No en vano, su duración promedio es de 4,8 años, frente a los 6,7 años de media, que marcan el conjunto de las emisiones en la zona euro, según Bloomberg. La economía vuelve a sumar Además, este tipo de deuda se está viendo beneficiada por la mejora de la situación económica en el Viejo Continente. El índice PMI compuesto se situó en el mes de mayo en los 56,8 puntos, lo que representa el nivel más elevado de toda su historia, mientras que el índice de confianza al consumidor de la zona euro ha escalado hasta niveles no vistos desde el mes de junio del año 2007. En el equipo de análisis de Bankinter argumentan que "la mejora del ciclo redundará en una caída de las tasas de default que favorecerá a esta clase de activo". De hecho, la agencia de rating Moody's ha rebajado sus previsiones de tasas de impago para deuda high yield en euros desde el 2,48 por ciento al 1,94 por ciento en lo que va de año. La caída de rentabilidad que ha experimentado este tipo de deuda ha favorecido a los fondos que la incluyen en sus carteras. Según Morningstar, los fondos que invierten en este tipo de deuda consiguen una rentabilidad media del 3,86 por ciento este año, superior a la que logran los disponibles en el mercado español, en los que el rendimiento disminuye al 3,22 por ciento. Aunque los que se venden en nuestro país se comportan peor, existen productos que permiten ganar más que invirtiendo en base a los dividendos, con retornos que van del 4,2 por ciento al 5 por ciento.