Retrocede a mínimos de noviembre, por el incremento de las reservas en EEUU y las compañías lo pagan en los parqués La repentina caída del crudo a mínimos del 30 de noviembre del año pasado, después de que este miércoles se conociera el inesperado incremento de las reservas en Estados Unidos hasta máximos históricos, ha hecho estragos en el sector petrolero europeo. Las cinco grandes compañías pierden 13.000 millones de euros de capitalización en bolsa en dos sesiones. Repsol, que al cierre del mercado de ayer anunció el mayor descubrimiento de petróleo de los últimos 30 años en Alaska, se deja 400 millones. El crecimiento de los inventarios deja entrever que el mercado podría seguir mostrando un exceso de oferta, a pesar del recorte de producción pactado el 30 de noviembre por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y otros grandes productores como Rusia o México. La flexibilidad de la industria del shale está contrarrestando este acuerdo. Khalid Al-Falih, ministro saudita de la energía, reconoció el mismo miércoles que las reservas mundiales de crudo no están disminuyendo tan rápido como se esperaba. De hecho, el mandatario abrió la puerta a una posible ampliación del acuerdo, que se concretará el próximo mes de mayo. Pese a esta postura, el mercado ha castigado a las petroleras, que, eso sí, se sitúan entre las compañías que más se han revalorizado en los últimos meses, gracias, precisamente, a la recuperación del petróleo y su posterior estabilidad sobre los 50 dólares, que ahora se ha puesto en cuestión. Desde el punto de vista técnico, Carlos Almarza, analista de Ecotrader, señala que la caída del crudo "no es una sorpresa" ante "la falta de presión alcista que observamos, en el caso del West Texas, para batir la zona de resistencia de los 55/55,75 dólares". "El ataque fallido a resistencias y la pérdida de los 51,2 dólares ha dado lugar a una corrección que podría llevar a la referencia norteamericana hacia los 48,05 dólares, los 45 o incluso los 43,70 dólares", continúa el experto, quien concluye que, no obstante, "hay que poner este movimiento en contexto, y tras él, lo más probable es que las compras vuelvan a imponerse". A pesar de las caídas, Repsol aguanta en positivo en el año -se revaloriza un 5 por ciento-, algo que no consiguen ni Shell, ni Total, ni Eni, ni BP, las otras grandes petroleras europeas. Además, gracias a que las estimaciones de beneficio para este año de la empresa española han mejorado un 18 por ciento desde que empezó el curso, consigue reducir su PER (veces que el beneficio está recogido en el precio de la acción) un 4 por ciento, hasta las 10,4 veces, situándose como la petrolera más barata del sector, que cotiza de media a 15 veces. Hernán Sánchez, de CMC Markets, incide en que las mejoras de las previsiones vienen "gracias al aumento de precio del petróleo". De ahí se explica el impacto en bolsa de las caídas de las últimas sesiones. Por su parte, Felipe López-Gálvez, experto de Self Bank, añade que "el potencial de Repsol ha aumentado desde que presentó sus resultados del pasado año, ya que el beneficio superó las expectativas, gracias principalmente a su negocio de downstream, donde el margen de refino fue la clave, y, más allá del negocio en sí, la compañía ha demostrado estar haciendo un esfuerzo en reducción de costes".