El índice traspasó ayer con creces esta cota histórica para cerrar en los 13.116,4 puntosEndesa, BBVA, Iberdrola y Santander, las compañías que más han ayudado a escalar estos 1.000 puntosmadrid. El Ibex 35 se ha puesto el equipo de alpinismo y no hay cota que se le resista. Como si se tratase del mismísimo Juanito Oyarzábal -el español que más ochomiles ha ascendido-, su escalada no tiene fin y ayer dejó pequeños los 12.000 conquistados a mediados de agosto clavando su bandera en la cota de los 13.000 puntos. Menos de dos meses ha tardado el índice en lograr mil puntos que demuestran de lo que es capaz el Ibex cuando se lo propone. Pero no lo ha hecho sólo, para la remontada ha contado con dos grandes aliados: los bancos -BBVA y Santander- y las eléctricas -con Endesa e Iberdrola a la cabeza-. Precisamente una de estas compañías, fue la que permitió ayer que el Ibex lograse los 13.000 puntos haciendo una demostración de fortaleza. Subiendo un 1,03 por ciento, hasta los 13.116,4 puntos, con una solidez que ni siquiera truncó Jean-Claude Trichet. Ni el presidente del Banco Central Europeo ni su subida de tipos hasta el 3,25 por ciento fueron capaces de invertir la tendencia en la que se ha envuelto el Ibex durante los últimos meses.El indicador ha ido superándose tramo a tramo en las últimas 37 sesiones. Primero conquistó los 12.000 y cuando inversores y expertos dudaban de si los iba a mantener por mucho tiempo, el índice marcó máximos anuales. Posteriormente, cuando el mercado mostraba sus inquietudes con la subida del selectivo, el Ibex realizaba una semana magistral para conquistar los máximos históricos, que no se veían en el parqué desde marzo de 2000. Y por si fuera poco, ahora se ha encargado de dejar pequeño el anterior récord situándolo en una altura nunca vista en el parqué español. La primera conquistaTodo comenzó con los 12.000 que logró el Ibex el pasado 16 de agosto. El índice aprovechó una jornada en teoría tranquila, el día más festivo de todo el calendario laboral español, para conseguir una cifra que también había cotizado en mayo pero que se le había escapado a las pocas jornadas. Pero esta vez se lograban de manera diferente: el petróleo apoyaba gracias a su caída después de máximos históricos, entre otros factores, gracias a la tregua alcanzada entre Líbano e Israel; las empresas cumplían en la presentación de sus resultados del primer semestre; y los inversores estaban más convencidos que nunca de que la Reserva Federal podía detener la subida de tipos.Durante las semanas siguientes, desde el 16 de agosto en los que se reconquistaron los 12.000 hasta comienzos de septiembre, el Ibex 35 estuvo coqueteando con los máximos anuales llegando a cotizar en su mejor momento 200 puntos por encima de la citada cifra. Durante este periodo fueron otros los que se apuntaron a la moda de marcar máximos. Los primeros en subirse al carro de los récords fueron los fondos de inversión que invierten en la bolsa española. Dos de cada tres de estos productos estaban en agosto en máximos históricos. Se adelantaron al Ibex en un mes. Y tras los fondos, le llegó el turno al Índice General de la Bolsa de Madrid. El parqué madrileño tardó menos que el selectivo en alcanzar su cifra más alta de la historia, que al igual que el Ibex volvió a marcar un nuevo máximo durante la jornada de ayer, en los 1.428,7 puntos.Las dudas regresaron al parquéPero tras la tempestad alcista llegó la calma bajista. Los inversores tardaron en regresar de vacaciones -o al menos eso reflejó el volumen de dinero que se negoció durante los primeros días de septiembre en la bolsa española- y además lo hicieron con dudas. Una incertidumbre que hizo que el Ibex 35 estuviese a punto de perder los 12.000 puntos. Un hecho clave en este retroceso del principal índice español fue que los expertos comenzaban a vislumbrar un cambio en el discurso macroeconómico: la palabra inflación sonaba menos en perjuicio del crecimiento. El fantasma de la subida de tipos dejaba de atormentar al mercado, sí, pero aparecía una nueva amenaza: que la desaceleración de Estados Unidos fuese tan brusca que diese la vuelta a los principales parqués internacionales.Pero una vez superado, el Ibex 35 regresó a la carga con más fuerza que nunca. Y en esta ocasión contó con sus mejores aliados, con el socio con el que ha experimentado subidas mucho mayores que el resto de principales bolsas mundiales: las operaciones corporativas y los movimientos accionariales. Florentino Pérez, Alberto Cortina y Alberto Alcocer, además de Corporación Financiera Alba se habían encargado de calentar los motores de un mes repleto de compras de participaciones. Los dos primeros, el presidente de ACS y Los Albertos, ampliando su cartera con más títulos de la constructora, y los hermanos March alcanzando el 20 por ciento en Acerinox. Además, otra compañía se apuntaba a las alzas bursátiles de la mano de los cambios accionariales: Metrovacesa, la compañía que más ha subido desde los 12.000 puntos, un 40,4 por ciento, dejando atrás los precios que pagaban en sus respectivas opas Joaquín Rivero y la familia Sanahuja.Los chispazos de las eléctricasPero estos movimientos eran sólo la punta del iceberg, lo mejor estaba por llegar. Las eléctricas comenzaron a sorprender al mercado con continuas revalorizaciones. Los rumores comenzaban a animar al sector en toda Europa, hasta el punto de que Iberdrola superó a Repsol por primera vez en capitalización bursátil. El Gobierno había dado el primer paso, permitir la opa (oferta pública de adquisición) de E.ON sobre Endesa. Los expertos comenzaban a descontar que tras la oferta de la alemana, y con la apertura de España a ella, no tardarían en llegar ofertas de las eléctricas europeas por las españolas. Sólo se equivocaban en un aspecto, no serían las utilities de Alemania, Francia o Italia las que darían el pistoletazo de salida. El primero en dar este paso fue Acciona. La compañía presidida por José Manuel Entrecanales entró en el accionariado de Endesa, en una estrategia con la que pretende llegar hasta el 24,99 por ciento -hasta ahora se ha hecho con un 20 por ciento-. Esta compra disparó los rumores en el sector llevando al Ibex a las puertas de los máximos históricos.La reacción de E.ON al movimiento de Acciona, elevando su oferta hasta los 35 euros por acción y la entrada de ACS en Iberdrola -la constructora de Florentino Pérez es accionista de referencia de Unión Fenosa- hizo que el mercado se disparase hasta hacer realidad los máximos que no vivía el Ibex 35 desde marzo de 2000. Por si fuera poco, se produjo otra opa durante esta jornada histórica: la amistosa de Martinsa sobre Fadesa. BBVA da el último empujónA pesar de esta subida, que dejaba al Ibex cerca de la siguiente cota que debía atacar, los 13.000 puntos, el índice ha tardado ocho sesiones en alcanzar esta histórica cifra. Tras alcanzar un número récord, los inversores se lo han pensado dos veces a la hora de permanecer en el parqué español, que está cerca de doblar la revalorización de otras bolsas europeas como el Dax alemán y el Cac francés. Los máximos históricos del Dow Jones y, sobre todo, el interés de Citigroup en hacerse con entidades como BNP Paribas, Société Générale, Barclays y BBVA, han hecho que la entidad española diese el último empujón al Ibex hacia los 13.000 puntos.