Detrás de las ventas están la incertidumbre política y el repunte de la inflación en AlemaniaLos inversores encontraron una nueva razón para dar continuidad a las ventas de deuda pública: el regreso palpable de la inflación en Europa a través de su mayor economía, la de Alemania. Aunque se trata de datos preliminares, el mayor incremento de precios en los últimos tres años y medio no hizo más que oscurecer el escenario sobre este activo, que ya tiene que lidiar, como la bolsa, con la inestabilidad política. El resultado es que la deuda pública del Viejo Continente deja pérdidas medias del 3 por ciento en lo que va de año. "Los datos de inflación siguen repuntando, e incluso lo hacen a tasas superiores a las previstas, presionados por la fuerte subida del petróleo de los 12 últimos meses, una presión que se mantendrá durante el primer trimestre", explican en Unicorp. "Esto genera clara presión alcista en las tires de los bonos, sobre todo de largo plazo", concluyen. Pero detrás del repunte de 10 puntos básicos que sufrió el interés del bono italiano a 10 años, por ejemplo, no solo está este factor. Que cotice en su nivel más alto de mayo de 2014 (en el 2,32 por ciento) se debe también al escenario político del país. El mercado especula con la posibilidad de que Matteo Renzi, ex primer ministro, vuelva a escena en unas hipotéticas elecciones generales, después de que la Corte Constitucional de Italia dictaminase un paquete de reformas para el Senado que permite realizar elecciones anticipadas este año. Su deuda a una década es la que más roto hace al bolsillo de los ahorradores: alguien que entrase en enero pierde ya más de un 4 por ciento. Pero Italia no es el único país que está en el foco de preocupaciones. También lo está Grecia y su encallado rescate (ayer el rendimiento de su papel a 10 años escaló 43 puntos básicos, hasta el 7,6 por ciento) o Francia y sus elecciones. Aunque el interés del bono francés no fue uno de los que más repuntó ayer, pasó del 1,031 al 1,058 por ciento, en el año ocasiona minusvalías del 3,4 por ciento. Y además, su prima de riesgo se encuentra ya en el nivel más elevado de los últimos tres años, en los 60 puntos básicos. Las ventas se propagaron por el resto del Viejo Continente. En España, por ejemplo, la rentabilidad del papel a 10 años llegó a incrementarse a lo largo de la sesión a niveles de febrero del año pasado, en el 1,65 por ciento, aunque finalmente cerró en niveles del Brexit (1,63 por ciento). En enero, el interés era del 1,38 por ciento, lo que significa que se pierde más de un 2 por ciento. Un porcentaje similar a las minusvalías que se asumen teniendo deuda pública alemana este año, ya que el interés del bund ha pasado del 0,2 por ciento al 0,44 por ciento este año.