El Bundesbank recalcará el alza para defender a los ahorradores germanosLa primera reunión del año del Banco Central Europeo -BCE- ha dejado un mensaje directo para los ciudadanos alemanes por parte de Mario Draghi: “tengan paciencia”, pide el presidente de la entidad, ante las críticas que está recibiendo desde el país teutón, donde existe una corriente importante que pide una normalización de la política monetaria. “A medida que llegue la recuperación los tipos irán subiendo”, explicó el economista italiano, reiterando, una vez más, el éxito que está teniendo la política monetaria acomodaticia que está llevando a cabo durante su mandato. Debido al último repunte que ha experimentado la cesta de precios de la eurozona -durante el mes de diciembre la inflación avanzó a un ritmo del 1,1 por ciento en la región, frente al 0,6 por ciento del mes anterior-, la ansiedad crece entre los partidarios de acabar con los estímulos y subir tipos. El último comentario al respecto lo hizo ayer el ministro de Finanzas germano, Wolfgang Schaeuble, quien destacó que su gobierno va a tener “problemas políticos” para explicar estas políticas del BCE a sus ciudadanos, un apunte que Draghi calificó de “comprensible”, apelando, sin embargo, que “la recuperación de toda la eurozona está en el interés de los ciudadanos alemanes”, añadiendo que ellos, los alemanes, tanto trabajadores, desempleados, ahorradores y prestamistas, “se han beneficiado” de sus políticas. Sobre la reunión, desde Aberdeen Asset Management recalcan que “la tensión nunca está lejos del BCE y la fuente de ello será muy pronto la inflación general. Está repuntando en Alemania y el Bundesbank va a dejar muy claro a Draghi sus preocupaciones sobre este punto”, con la intención de defender a los ahorradores germanos. El repunte de la inflación De hecho, el presidente del BCE avisó en varias ocasiones ayer de que el avance que han vivido los precios responde principalmente al repunte del precio del petróleo, y que para cumplir su objetivo de inflación, en el entorno del 2 por ciento, se tienen que cumplir varias condiciones: que sea duradero, y no transitorio; que sea autosostenible, y no dependa de sus medidas y, por último, que tiene que estar definido para la toda la región. Desde Nomura analizan este aspecto de la reunión explicando que Draghi “ha rehuido varias preguntas sobre los últimos datos de inflación, apuntando que la subyacente -aquella que descuenta el petróleo y algunos alimentos- todavía es baja”, algo que también está ocurriendo con el avance de los salarios en la eurozona. Draghi no está equivocado en este aspecto: mientras los precios avanzaron al 1,1 por ciento en diciembre, la inflación subyacente subió un 0,9 por ciento ese mismo mes, mostrando debilidad en comparación con la cesta general. Por otro lado, las críticas de Alemania también tienen su fundamento, si se analiza cómo el IPC del país aumentó a un 1,7 por ciento en diciembre, el avance más fuerte de la eurozona, por encima del 0,6 por ciento de Francia, el 1 por ciento de Holanda o el 1,6 por ciento de España. Al ser preguntado por qué medidas va a tomar si la inflación alemana supera contundentemente el objetivo, pero todavía no lo hacen otros países, Draghi explicó que “será posible manejar estas diferencias”, y que “irán reduciéndose durante los próximos 2 ó 3 años”. La lectura positiva que deja la reunión es que en pocos meses se ha pasado de hablar de deflación a que los precios puedan terminar mostrando demasiada fortaleza.