Irak e Irán hablan de acuerdo la próxima semana y el precio del petróleo lo celebra Sólo ha sido necesario un empujón por parte del petróleo para que Wall Street marque máximos históricos. Algunos índices como el Dow Jones o el Russell 2000 ya lo habían logrado la semana pasada, pero faltaban los pesos pesados. Uno de ellos ya lo ha conseguido, al menos al cierre de esta edición, ya que el S&P 500 subía un 0,6 por ciento, hasta los 2.195 puntos. A pesar de que el índice ya ha logrado el objetivo, todavía queda un jugador clave para impulsar una fiesta alcista. A este respecto, el tecnológico Nasdaq 100 aún no ha logrado superar el registro histórico que marcó el pasado mes de octubre en los 4.909,969 puntos. Para ello, el selectivo tiene que escalar un 1 por ciento desde los niveles actuales. En este contexto, la posibilidad de que Irán recorte la producción de petróleo impulsó a la materia prima, que subió más de un 4 por ciento a ambos lados del Atlántico. Un repunte que recogió Wall Street, animado, principalmente, por el sector energético en el que compañías como Marathon Petroleum escalaban más de un 7 por ciento. Este optimismo no sólo permitía al S&P 500 superar sus niveles históricos, sino renovar los máximos históricos intradía, situados en los 2.194 puntos. Además del empuje de la materia prima en la sesión, el mercado sigue celebrando la victoria de Donald Trump. Eso sí, desde BNP Paribas Personal Investors destacan que el buen año del S&P 500, que sube más de un 7 por ciento, “se debe a que el índice presenta una beta (correlación) más alta [por ejemplo que el EuroStoxx] y ha contado con el apoyo de la tecnología”. Por su parte, el Dow Jones y el Russell 2000 no quisieron ser menos y a media sesión volvieron a renovar los máximos históricos alcanzados la semana pasada. De este modo, el selectivo industrial se situaba en la cota de los 18.943 puntos, mientras que el índice de compañías de pequeña y mediana capitalización rozaba los 1.320 puntos. Posible acuerdo A poco más de una semana para que se celebre la esperada reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en Viena, el crudo está rebotando con fuerza anticipando un eventual acuerdo entre los estados miembros. En la jornada de ayer, tanto el Brent, barril de referencia en Europa, como el West Texas, su homologo estadounidense, cotizaron al alza, apuntándose un 4,3 y un 4,1 por ciento, en cada caso. Los distintos agentes están aproximando sus posturas, si bien es verdad que, a día de hoy, las pretensiones de unos y otros todavía no coinciden. El principal punto de discordia lo venían protagonizando Irán -tercer productor de la OPEP- y Arabia Saudí -el segundo del mundo- a causa de la cuota requerida al país iraní, ya que éste lleva meses plantado en los 4 millones de barriles diarios, algo que el estado arábigo ha rechazado en distintas ocasiones. No obstante, la semana pasada se conocía que el cártel propuso a Irán un límite en los 3,92 millones de barriles, según Reuters. Las alzas de hoy apuntan, sobre todo, a las palabras del representante iraní, que ha definido de “altas” las probabilidades de que haya un acuerdo definitivo el próximo día 30 en la capital austriaca. Todo indica que Irán rebajaría sus pretensiones iniciales, haciendo posible el recorte de producción de la OPEP hasta llegar a una cantidad que oscila entre 32,5 millones y 33 millones de barriles diarios. La producción del cártel en octubre fue de 33,6 millones de barriles al día, según su Informe Mensual del Mercado del Petróleo. El caso de Irak es diferente. El segundo productor del grupo exigía que se le permitiera mantenerse al margen del pacto, al igual que Nigeria y Libia, alegando los altos costes que conlleva la lucha contra el terrorismo, algo que tampoco era del agrado de Arabia Saudí. Sin embargo, al igual que el ministro de Petróleo de Irán, ha salido a escena su homólogo iraquí, Jabbar Al-Luaibi, asegurando que llevarán propuestas a la cumbre y que sus peticiones “no serán ningún obstáculo para que la OPEP llegue a un acuerdo”.