La caída en las ventas no tiene magnitud para despertar alertasEl mercado inmobiliario sigue sin mostrar acuse de recibo del resultado del referéndum que decidió la salida de Reino Unido de la Unión Europea. El número de viviendas vendidas en julio, primer mes íntegro tras la confirmación del Brexit, evidencia cómo los compradores han hecho caso omiso a las alertas de quienes anticipaban un colapso del sector. Si bien el ladrillo no muestra el grado de actividad de hace un año, cuando se habían vendido 16.000 inmuebles más, el ritmo tampoco invita a la preocupación. Aunque los analistas han detectado una caída como consecuencia del plebiscito, el consenso general es que la tendencia quedará revertida en doce meses, una previsión que queda probada por la confianza de las constructoras, pese a su pobre evolución en bolsa tras el 23 de junio. Persimmon, sin ir más lejos, anunció ayer un aumento de un 29 por ciento en los beneficios del primer trimestre y mantiene que el interés desde la ratificación del divorcio ha sido “robusto”. Como consecuencia, la división de los analistas antes de la consulta sobre los efectos del resultado se mantiene. El volumen de peritos de la Real Institución de Tasadores Colegiados que ha dado cuenta de subidas de precio se encuentra al menor nivel en tres años, pero la misma entidad se ha mostrado convencida de que la tendencia repuntará, incluso aunque no sea comparable con la evolución del pasado año y del inicio del actual, que mostró aumentos de un 10 por ciento. En este escenario, el más reciente movimiento del Banco de Inglaterra en materia de intereses podría revolucionar el mercado, si los créditos hipotecarios se benefician finalmente del recorte de tipos a un inédito 0,25 por ciento.