La agencia de calificación ha reaccionado al intento de golpe de Estado del viernes y la inestabilidad política que ha generado en el país, rebajando el ráting a la deuda soberana turca, que ya era bono basura antes de que tuviese lugar el levantamiento: los bonos en divisa extranjera pasan a ser BB/B con perspectiva negativa, desde la calificación de BB+/B que recibían hasta ahora. La calificación de la deuda en divisa local también se ha deteriorado, hasta BB+/B, desde BBB-/A-3, perdiendo así el grado de inversión. Este anuncio llega un día después de que Moody’s pusiese en revisión el ráting que otorga a la deuda del país, amenazando con adentrarla en bono basura -para la agencia es ahora Baa3, el último peldaño de grado de inversión-. S&P explica su decisión al destacar que “creemos que el contexto político en Turquía en la actualidad ha erosionado todavía más sus balances. Además, esperamos un periodo de incertidumbre que podría lastrar la entrada de inversión”. La agencia explica que el deterioro en el rating todavía podría ir a más, destacando sobre la perspectiva negativa que le otorga que “refleja que la economía del país, la fiscalidad y su endeudamiento podrían deteriorarse más allá de lo que esperamos”.