Tras la presión a la que se vio sometido el mundo financiero después del referéndum británico, parece que todo se va normalizando. La prima de riesgo española llegó a alcanzar los 179 puntos, debido al flujo hacia activos refugio como el bund alemán, y el bono español a 10 años alcanzó el 1,8 por ciento. Desde entonces, ha descendido hasta niveles no vistos desde marzo, situándose incluso por debajo de la italiana, y la deuda pública nacional ha visto rebajadas sus rentabilidades alrededor de 50 puntos básicos. Estos movimientos se han repetido en la mayoría de los países, cotizando incluso el bono americano en mínimos históricos.