El ministro destaca los riesgos de revertir reformas que supone el populismoCuatro representantes de los principales partidos que se enfrentan a las elecciones celebraron ayer un debate sobre medidas económicas en Santander, un día después de que los candidatos a la presidencia celebrarán el único rifirrafe televisivo de la campaña. El acto se celebró durante unas jornadas organizadas por la Apie, donde confrontaron sus posturas el ministro en funciones de Economía, Luis de Guindos, y los representantes del área económica del resto de formaciones. Por el PSOE acudió Pedro Saura. Por Ciudadanos, Luis Garicano. Y por Unidos Podemos, Nacho Alvárez. El debate estuvo centrado en varias cuestiones, como el rescate financiero, el sistema de pensiones, los ajustes, la estabilidad presupuestaria y la incertidumbre económica de los últimos meses. Sobre este último aspecto, De Guindos alertó de las consecuencias que tendría la salida del Reino Unido de la Unión Europea. “Vienen curvas”, advirtió el ministro sobre la posibilidad de que se materialice el temido Brexit. Si se produce, la volatilidad de los mercados arreciará de nuevo, por lo que consideró oportuno no lanzar “cantos de sirena” a los electores, en referencia a Unidos Podemos, porque lo que se necesita es seguir en la senda de las reformas y el crecimiento para abordar esta situación de incertidumbre. Hizo hincapié en las medidas adoptadas por su Gobierno en los últimos años, que han devuelto el crecimiento y la generación de empleo, y recalcó que España no debería volver a la casilla de salida con una hipotética victoria del populismo. De Guindos se vio obligado a defender el rescate bancario, tras las críticas lanzadas desde el primer momento por Garicano, que atacó al PP por haber creado demasiada incertidumbre en 2012 con la gestión de la crisis de Bankia y la petición de ayudas a Europa para sanear los balances de las entidades. El ministro destacó que fue la medida menos mala para estabilizar el país y recordó que cuatro meses después de llegar al Ejecutivo se cambio la cúpula de Bankia. Acto seguido, matizó la responsabilidad de Rodrigo Rato en la salida a bolsa, que ha costado al Estado casi 1.800 millones en devoluciones a los accionistas, porque en la operación también participaron otros actores, como los supervisores y el Gobierno de entonces. De esta manera, ponía otra vez en foco al Banco de España, la CNMV y el Ministerio de Economía de entonces de la culpabilidad de este problema. El representante del PSOE también atacó al ministro por su gestión de Bankia, pero de una manera menos agresiva. El único que lanzó algún guiño al ministro fue el representante de Unidos Podemos, pero envenenado. Álvarez reconoció que frenar los ajustes en 2015 provocó que el crecimiento económico de España hubiera sumado un 1 por ciento adicional, por lo que consideró imprescindible seguir por esa senda con una mayor inversión pública.