La inestabilidad en Grecia y Portugal dispara la prima de riesgo española a niveles de julioLa convulsión que vivieron ayer los mercados de renta variable del Viejo Continente ante el temor a una recesión global propició que el dinero se cobijase en los activos tradicionales de la renta fija. Es decir, el papel alemán y el estadounidense. En el caso de la deuda pública alemana, la oleada de compras provocó que los bonos a 2, 3, 6 y 7 años registraran rentabilidades mínimas históricas. Mientras, por su parte, la referencia a más corto plazo, a un año, se mantuvo en zona de mínimos. El dinero buscó refugio también en la deuda con vencimientos más largos. Así, la rentabilidad de la deuda a 10 años alemana cayó en una sola sesión 7,8 puntos básicos, hasta cerrar en el 0,21 por ciento, niveles no vistos desde el 15 de abril del año pasado. Con lo que en 2016, el inversor ya gana un 4,11 por ciento. En el caso del bono fránces, las plusvalías superan el 3,7 por ciento. Por su parte, el rendimiento del T-Note, el bono estadounidense a 10 años (que se mueve en dirección opuesta a su precio), cayó ocho puntos básicos hasta tocar el nivel del 1,75 por ciento, su cota más baja desde septiembre de 2011. “Las bolsas hasta el momento han sido las grandes perdedoras de la crisis de los mercados. Pero, a medida que su deterioro se generaliza (emergentes, petroleras, bancos...) ya comenzamos a observar las primeras tensiones sobre el riesgo soberano y corporativo”, explica José Luis Martínez Campuzano, de Citigroup. En el caso español, las dificultades que atraviesan Grecia y Portugal terminaron por contagiar a la deuda del país. Así, la rentabilidad del bono a 10 años subió al 1,75 por ciento desde el 1,64 por ciento anterior, mientras que la prima de riesgo española -el diferencial entre la rentabilidad del bono español a una década y su equivalente alemán- superó ayer los 153 puntos básicos desde los 125 de la apertura, algo que no sucedía desde julio del año pasado coincidiendo con las primeras caídas en China. Salida de la periferia Tras meses en un segundo plano, Grecia volvió a acaparar ayer las miradas. El temor a nuevas elecciones ante el estancamiento de las negociaciones del programa de rescate provocó una huida masiva de los inversores. La rentabilidad de la deuda griega a una década repuntó 61 puntos básicos, al 10,18 por ciento, una barrera que no sobrepasaba desde junio del año pasado. El tira y afloja entre Bruselas y el Ejecutivo de Antonio Costa para cumplir con los objetivos de déficit fijados se dejó sentir en el mercado de deuda pública portuguesa. La rentabilidad del bono luso a diez años subió al 3,38 por ciento desde el 3,13 por ciento al que cerró el viernes, su nivel más alto desde octubre de 2014. Con todo, la prima de riesgo griega repuntó en una sola sesión hasta los 996 puntos básicos desde los 926 del viernes, mientras que la portuguesa escaló hasta los 317 puntos básicos desde los 283 puntos de los que partió. Los diferenciales de Grecia y Portugal no fueron los únicos que se dispararon dentro de la periferia europea. En el caso de Italia, la prima de riesgo escaló 21 puntos básicos hasta cerrar en 146.