Con su ajuste de plantilla ya son 650.000 puestos recortados a nivel global, más que en todo 2014En Asia las cifras multiplican por 7 las del año anterior, mientras que Latinoamérica las duplicaEl efecto carambola que ha propiciado el frenazo de China y los bajos precios de las materias primas siguen cobrándose víctimas en el mercado. Si hace una semana era nada menos que la Reserva Federal quien reconocía los efectos de China en su economía, ayer Caterpillar, la mayor compañía de maquinaria industrial, anunció un recorte tanto en sus objetivos como en su plantilla. La empresa americana ha confesado que prevé ingresar 1.000 millones menos este año y que el próximo sus ventas caerán otro 5 por ciento. La debacle de las materias primas ha provocado también que recorte 5.000 puestos de trabajo de aquí a finales de 2016. Una cifra que podría ascender a 10.000 empleos en 2018. "Nos estamos enfrentando a un mercado en condiciones muy difíciles en regiones y sectores clave, es decir, el minero y el de energía", afirmaba Doug Oberhelman, el CEO de la compañía. Caterpillar no es la única que ha alarmado a quienes buscan síntomas de un mal mayor como un frenazo de la economía a nivel global. En las últimas fechas, Deutsche Bank, HP o Unicredit han comunicado reducciones de su plantilla, hasta el punto de que en lo que va de año el ritmo de despidos a escala mundial es el mayor desde 2009, según Bloomberg -teniendo en cuenta solo empresas cotizadas-. En estos nueve meses, más de medio millón, casi 650.000 personas, se han quedado sin trabajo en el mundo de las empresas cotizadas, un 19 por ciento más que en todo el año pasado. Y no sólo eso, sino que a estas alturas del año ni por asomo se había producido este volumen de despidos que ya es el mayor desde 2009, cuando en plena resaca de la crisis de Lehman Brothers, las cotizadas destruyeron algo más de 2 millones de puestos de trabajo. Europa lidera los recortes Ni remontándose a 2008 se puede ver una destrucción de empleo similar en Europa como la que se está observando en los nueve meses de este año, más que en todo 2014. Más de 262.000 puestos se han recortado en las fronteras del Viejo Continente, en los que las compañías alemanas tienen mucho que ver. Representan un 21 por ciento del total, después de ajustes como el anunciado por Deutsche Bank recientemente, de 23.000 empleos; o el de Siemens, de 12.300 puestos anunciados entre febrero y mayo. Pero algo está cambiando en el mercado: lo habitual es que los inversores acojan con subidas las noticias referentes a reestructuraciones de plantilla. Sin embargo, ese no fue el caso de ambas compañías alemanas -ni tampoco el de Caterpillar, que llegó a perder un 7 por ciento en bolsa-, a medida que estos anuncios añaden leña al miedo de un frenazo global. Las empresas norteamericanas también están marcando récord de despidos este año frente al pasado, pese a que según las previsiones, Estados Unidos anunciará la próxima semana la creación de 200.000 puestos de trabajo y una tasa de paro que se mantiene en mínimos de 2008 (en el 5,1 por ciento). Por ahora, con los recortes anunciados por cotizadas como HP (85.000) o Microsoft (7.800), el montante total es un 22 por ciento superior a lo que se vivió en 2014. El caso de Caterpillar está alineado con la situación de los emergentes. En 2014 compró Bucyrus por 7.500 millones para expandirse en el negocio del equipamiento de la minería. Desde entonces, la ralentización en China ha castigado los precios de las materias primas, algo que está golpeando con fuerza a los emergentes. Los despidos de las cotizadas de los emergentes asiáticos se han multiplicado por 8, hasta alcanzar un volumen de 134.000 personas, una cifra no vista desde 2009. En Latinoamérica el número de despedidos se ha duplicado, hasta superar los 9.000. En el caso de esta última región los datos apuntan a un solo país: Brasil, donde el número de despedidos por las cotizadas multiplica por dos los de 2014. El país se encuentra en una recesión de la que los expertos no esperan que salga ni este año ni el que viene y el real sirve como ejemplo de su debilidad, al encontrarse en sus mínimos históricos frente al dólar. En España se han anunciado en lo que va de año 4.425 despidos, un 27 por ciento más que en 2014. La atención se centra en dos empresas: Indra y CaixaBank. La primera llegó en agosto a un acuerdo para la extinción de 1.750 empleos en el marco del proceso de limpieza que está llevando a cabo la empresa con la llegada de Fernando Abril-Martorell a la presidencia. CaixaBank acordó, a raíz de la absorción del negocio de Barclays en España, reducir la plantilla en 975 personas. Además, a finales de junio pactó con los sindicatos el recorte de 700 empleos. Solo otras dos cotizadas aparecen en esta lista: Bankia y su plan de bajas voluntarias que planteó en marzo para 300 trabajadores y Telefónica que, con el reajuste de su plantilla en Alemania tras la compra de ePlus, redujo su plantilla en 700 personas.