Los grandes bancos de inversión descartan una "corrección profunda" de la bolsaDesde que el pasado 21 de noviembre el Banco Popular de China aprobara la primera rebaja de tipos de interés de los últimos dos años se han sucedido otras cuatro más hasta la última realizada ayer, dejando el precio del dinero en el 4,6 por ciento. Se trató por entonces de una primera reacción al menor dato de crecimiento de su economía desde 2009, antesala de lo que hoy se considera ya un nuevo crash de mercado. "Va bastante más allá que una mera bajada de tipos de interés. Es uno de los pasos fundamentales para liberalizar la balanza comercial china", asegura Javier Santacruz, profesor del IEB (Instituto de Estudios Bursátiles). En los últimos nueve meses, la batería de medidas china busca, en primer lugar, dar salida al dinero de los bancos reduciendo su coeficiente de caja (el dinero mínimo que cada entidad debe mantener en reservas) hasta el 18 por ciento -en la Eurozona es del 1 por ciento-, además de distintas inyecciones de liquidez al sistema financiero-la última de ellas fue ayer por valor de 23.400 millones de dólares-. "Lo que China busca es reconducir a la gente desde la bolsa hacia los bancos a través de una financiación más barata", afirma el experto, para un país en el que la mayor parte del dinero está sus manos frente al 20 por ciento que representa su mercado bursátil sobre el total de la economía. Esto lleva a pensar a analistas como Rose Marie Boudeguer, directora del Servicio de Estudios de Banca March, que se trata de "un movimiento exagerado". Por otro lado, y a raíz del desplome que comenzara el 12 de junio en la Bolsa de Shanghai, el Banco Popular ha acudido al rescate de los únicos 21 brókers que funcionan en su mercado doméstico, ha prohibido las ventas bajistas a grandes inversores e, incluso, ha llegado a limitar el apalancamiento (o endeudamiento) a la hora de comprar acciones. En lo que respecta a su divisa, China ha devaluado hasta tres veces en 72 horas el yuan para hacer más competitiva su moneda. Sin embargo, los analistas limitan el impacto de esta oleada bajista por dos motivos. En primer término, se trata de "un descenso similar a otros anteriores", como señala Jaume Puig, director general de GVC Gaesco, en relación al desplome de las bolsas europea y americana. Y, en segundo lugar, inciden en la idea de que la caída se ha producido en el "mercado doméstico" de acciones chinas donde no intervienen actores internacionales y resultaría "temerario", dice el experto, "pretender relacionarlo con la economía china en su conjunto". EU, ajeno a la crisis china Los sustos provenientes de China sirvieron de catalizador suficiente para sumir al S&P 500 en los infiernos de una espiral bajista. Sin embargo, la decisión de volver a recortar tipos en el gigante asiático sentó como un bálsamo a Wall Street. "El S&P 500 subirá un 11 por ciento hasta conseguir recuperar los 2.100 puntos a finales de este año", señaló David Kostin, estratega jefe de Goldman Sachs en Estados Unidos. "Este repunte imitará en cierta forma el patrón seguido en 1998, cuando la renta variable estadounidense ignoró la crisis financiera en Asia y continuó con su rally alcista", explicó. Kostin justificó que durante agosto de 1998, el S&P 500 llegó a hundirse hasta un 14 por ciento antes de repuntar un 29 por ciento durante los últimos cuatro meses de dicho año. En este sentido, los expertos de Goldman consideran que la economía de Estados Unidos evitará cualquier contagio proveniente de China o del debilitamiento de otras economías emergentes. Aún así, reconocen que en 1998 el contexto mundial se diferenciaba del actual ya que los países emergentes contabilizaban un menor porcentaje de la economía mundial, las bolsas estadounidenses cocinaban su propia burbuja tecnológica y la Fed rebajó tipos de interés hasta en tres ocasiones, tras el impago de Rusia y el colapso del hedge fund Long-Term Capital Management. Desde J. P. Morgan, su estratega jefe de renta variable, Dubravko Lakos-Bujas, aseguraba ayer durante una conferencia telefónica con clientes que la corrección en el S&P 500 no debe interpretarse necesariamente como una "sorpresa". "De hecho, este ha sido el tercer periodo más largo de los últimos 90 años en que la renta variable no ha sufrido una corrección de un 10 por ciento o superior". Para los expertos del banco capitaneado por Jamie Dimon todavía hay que ser cautos a corto plazo dados los riesgos que acechan a los mercados mundiales y el elevado grado de deterioro técnico que estos han sufrido en las últimas jornadas. Sin embargo, al igual que Goldman, consideran una corrección profunda como "poco probable". "Vemos esta situación como una oportunidad para comenzar a comprar", recomendó Lakos-Bujas. Dicho esto, el estratega de J. P. Morgan apuntó que el rebote será "lento y pausado". A nivel global seguiremos viendo un ritmo en el crecimiento de la productividad que seguirá siendo poco "excitante" mientras que los meses de septiembre y octubre siempre se han caracterizado por ser "débiles y volátiles", puso de manifiesto este experto. En Deutsche Asset & Wealth Management coincidían en calificar de "sobrerreacción" el comportamiento de las bolsas y señalaron que, en los próximos meses, habrá "oportunidades de compra selectivas" pese a que la situación actual hace difícil predecir cuándo el mercado tocará fondo. "Desde nuestro punto de vista, las valoraciones de las acciones europeas vuelven a ser atractivas dado que la apreciación del dólar será positiva para las compañías de la eurozona", explicaron en un informe publicado a primera hora del martes.