"Propuesta insuficiente". Es una de las mejores vías con las que demostrar el dominio absoluto del lenguaje más políticamente correcto. Porque esa es la definición de los acreedores griegos a la propuesta de Syriza y que provocó que el FMI, en el penúltimo gesto teatral, abandonara la mesa de negociaciones con Atenas. Además, el presidente de la Comisión Europea, Juncker, también ha advertido al gobierno heleno que el tiempo se agota. Por lo tanto, no es extraño el miedo de los mercados financieros.