Atenas filtra un principio de acuerdo con Bruselas, pero fuentes comunitarias desmienten el pactoEl selectivo salva el soporte de los 11.200 puntos y espanta los fantasmas de una fase bajista mayorEl mercado ya ha leído este cuento muchas veces. En realidad esta historia se viene repitiendo periódicamente desde el inicio de la crisis periférica, con Grecia casi siempre en papel protagonista. Ayer fue una de las películas con final feliz, en la que los dos personajes principales, Atenas y Bruselas, deciden abrazarse y alcanzar un acuerdo, o un principio de acuerdo, como se anunció ayer. A primera hora de la tarde, Atenas filtraba un principio de acuerdo con Bruselas que iniciaba el desenlace alcista de la sesión. El Ibex comió perdices y consiguió mantener en pie el soporte de los 11.200 puntos que amenazaba con abrir un escenario bajista mayor, apunta Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader. El conflicto no era menor, ya que la cesión de este soporte podría haber puesto al selectivo español camino de los 10.600 puntos, y en la sesión del martes estuvo a punto de perderse. Cuando se conoció la noticia, el Ibex saltó en unos minutos 100 puntos, desde los 11.320 hasta los 11.420, y todavía siguió subiendo, aunque a un ritmo menor, hasta cerrar la sesión en los 11.431 puntos. En total, un avance del 1,70 por ciento en la jornada. Esta recuperación supuso un golpe de moral para los alcistas que dieron el primer paso hacia los máximos del año. Sin embargo, para alcanzarlos, tendrá que superar antes la primera resistencia importante que presenta en los 11.600 puntos. Las ganancias fueron generalizadas entre las principales bolsas europeas. El selectivo más beneficiado fue, como es lógico, el ASE griego, que subió un 3,55 por ciento en la sesión. Otros selectivos, como el Cac francés, el Mib italiano o el EuroStoxx consiguieron un avance en la sesión superior al 1,5 por ciento (ver gráfico). La noticia de un principio de acuerdo en Grecia también aumentó las compras de bonos periféricos, lo que contribuyó a reducir las primas de riesgo de los Estados del Mediterráneo. El riesgo país español cayó 7 puntos básicos durante la sesión, hasta los 125 puntos básicos. El espejismo Los mercados celebraron ayer el principio de acuerdo entre Atenas y Bruselas, pero podría ser sólo un espejismo. Sobre el papel, Grecia y los representantes de la UE y el FMI empezaron ayer una nueva ronda negociadora para cerrar un paquete de reformas con el que acceder a la ayuda internacional. Eso fue lo que anunció el Vice-Presidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, horas antes de que arrancara la negociación. "Tenemos que movernos muy rápido porque se ha superado en un mes el marco temporal inicial y la situación de liquidez en Grecia es muy ajustada", explicó. Ante esta crítica velada de la Comisión, el Gobierno heleno sorprendió al señalar que se estaba tan cerca de un acuerdo que ya se había comenzado a redactar el texto, que posteriormente sería ratificado por el Eurogrupo. Fue el espejismo que llevó la euforia a los mercados. Sin embargo, ya con el cierre de la sesión, Dombrovskis se encargó de evidenciar, no sólo la distancia entre las posiciones de ambos lados respecto al paquete de reformas, sino también respecto a cómo se percibe la marcha del proceso. "Estamos trabajando muy intensamente para lograr un acuerdo, pero no estamos todavía ahí", dijo. Fuentes comunitarias señalaron a elEconomista que la noticia del acuerdo llegó incluso antes de que se sentaran a la mesa ayer por la tarde los representantes del llamado grupo de Bruselas (que representa a la UE y al FMI) y los enviados de Atenas, ya que el tráfico aéreo se vio alterado ayer en Bélgica debido a una avería eléctrica en el centro de control aéreo. Si desde el Gobierno alemán reaccionaron con sorpresa al escuchar la noticia del acuerdo, otras fuentes de la eurozona citadas por Reuters describieron como un "sinsentido" el anuncio de Atenas. El escollo que continúa en el camino para que el Ejecutivo de Syriza acceda a los 7.200 millones de euros con los que evitar el impago es el ajuste sobre todo de pensiones y el mercado laboral. Estas reformas tendrán un impacto en los objetivos fiscales de Grecia sobretodo para este año, que los griegos también quieren rebajar al menos a la mitad (un 1,5 por ciento de PIB de superávit primario). Aunque Grecia continúa sin comunicar su situación fiscal, se sospecha que el país no podrá pagar pensiones y salarios esta semana, y los 300 millones al FMI el próximo 5 de junio, a menos que no logre desbloquear la ayuda internacional. El primer ministro griego, Alexis Tsipras, dijo ayer que se pagará a funcionarios y pensionistas con normalidad, mientras que la víspera su ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, había apuntado que se cubriría el pago al FMI porque para entonces se habría logrado un acuerdo. A pesar del optimismo de Varoufakis, las posiciones apenas han cambiado desde que Tsipras accediera al poder a finales del pasado enero. Pero si incluso Atenas lograra cerrar a tiempo con sus acreedores una lista de reformas, los 7.200 millones de euros que quedan en el fondo de rescate resultan insuficientes para cubrir los más de 12.000 millones de euros en pagos que encara el país hasta septiembre, incluyendo vencimientos, salarios y pensiones. Por eso, ya estarían en marcha las conversaciones para cerrar un tercer paquete de ayuda para Atenas, que se sumaría a los 240.000 millones desembolsados desde 2010. Así lo recoge el Frankfurter Allgemeine Zeitung citando al responsable del equipo negociador griego, Euclid Tsakalotos. La batalla política que se avecina para cerrar este tercer paquete será de mayor envergadura. Tsipras aspira a borrar cualquier atisbo de austeridad en un programa de ajustes que ya no será heredado, sino que llevará sus huellas desde el principio, mientras que los acreedores están dispuestos a incluir todos los ajustes que no quiera digerir el griego en el cierre del rescate actual. Frenazo para el euro Después de que Grecia filtrara la noticia del principio de acuerdo, el euro empezó a rebotar con fuerza hasta recuperar el nivel de los 1,09 dólares. Sin embargo, a medida que Bruselas rebajaba las expectativas, la moneda común moderaba su avance, hasta el punto de volver a caer hasta los 1,08 dólares. Los inversores estadounidenses miran con incertidumbre estas idas y venidas de las declaraciones de los líderes políticos de la eurozona sin percibir un avance claro. En este sentido, Mohamed El-Erian, principal asesor económico de la aseguradora Allianz, avisó durante una entrevista el pasado martes con la CNBC que existen entre un 55 y un 60 por ciento de probabilidades de que la situación se vaya de las manos para los representantes europeos y Grecia sea forzada a abandonar el euro por mero "accidente". Jack Lew, secretario del Tesoro de Estados Unidos, reconoció ayer desde Londres que "el reto para los europeos y las instituciones tanto políticas como económicas, entre ellas el Fondo Monetario Internacional, es mostrar la flexibilidad suficiente". Al respecto matizó que la idea de que el riesgo de contagio está contenido es "un error" ya que es difícil imaginar que un abandono griego no tendrá consecuencias fuera del país. La administración Obama ha presionado tanto al FMI como a Alemania para que sean más benevolentes con el gobierno heleno siempre y cuando éste ofrezca señales de una mayor cooperación y un compromiso reformista. Desde JPMorgan Chase, su equipo para Europa Central y del Este aseguró en un informe que pese a que existen probabilidades de rubricar un acuerdo con el Eurogrupo, "la esperanza no se puede invertir".