Nueva York. Parece que Wall Street ha preferido no ser demasiado pesimista y ver la botella medio llena para recibir con alegría los no tan malos resultados de sus principales inquilinos, con la excepción de Merrill Lynch. Ayer le tocó el turno a Bank of America, que vio cómo sus beneficios trimestrales se despeñaron un 41 por ciento hasta los 3.410 millones de dólares. Sin embargo, con el entorno actual, mantenerse en positivo es todo un logro y por eso sus títulos experimentaron su mayor revalorización de los últimos cuatro años. La crema y nata del sector financiero estadounidense esperaba que el segundo mayor banco del país tan sólo registrase 53 centavos de dólar de beneficio por acción. Sin embargo, Bank of America obtuvo un total de 72 centavos por título, algo que justificó el júbilo del parqué. Kenneth Lewis, su consejero delegado, no pudo evitar mostrarse muy satisfecho de mostrar unos resultados "tan sólidos en este ambiente tan problemático". Durante los meses comprendidos entre abril y junio, la compañía facturó 20.320 millones de dólares. La debacle hipotecario y la compra de la problemática Countrywide, la mayor entidad hipotecaria privada de EEUU, han pasado factura a sus resultados trimestrales. Bank of America ha aprovisionado alrededor de 5.830 millones de dólares, mientras la adquisición de Countrywide le ha supuesto pérdidas de 2.330 millones durante su segundo trimestre fiscal. Pese a los pronósticos iniciales parece que Wall Street respira aliviado puesto que parece que los gigantes ya han tocado fondo y parecen remontar. La semana pasada Citigroup, el mayor banco del país, se anotó un 10 por ciento en una sola jornada tras anunciar que en el primer semestre del año perdió 7.606 millones de dólares y en el segundo trimestre 2.495 millones de dólares, menos de lo que esperaban los analistas. Tampoco defraudó JP Morgan. El beneficio del tercer banco más grande de EEUU cayó un 53 por ciento tras tener que provisionar un total de 1.100 millones de dólares. Sin embargo, pese a la compra de Bear Stearns, las ganancias de la compañía superaron todos los pronósticos, lo que indicó que la entidad sobrevivirá cómodamente al debacle financiero. Al buen augurio se sumó Wells Fargo, que ganó un 23 por ciento menos que en 2007. El único punto negro sigue siendo "Madre Merrill", que perdió 4.650 millones en el segundo trimestre. Sus provisiones crecieron hasta los 9.000 millones, un 50 por ciento más de lo previsto. Sus títulos ceden este ejercicio un 40 por ciento.