El crecimiento durante el tercer trimestre del año superó holgadamente el 3,9% estimadoEl Ibex 35 se dejó llevar por el entusiasmo en EEUU y subió un 1,03%, hasta los 10.477 puntos¿Quién dijo corrección? El Dow Jones volvió a hacer historia ayer poniendo la guinda a casi seis años de escalada alcista tras superar los 18.000 puntos. La mayor economía del mundo sacó pecho durante el tercer trimestre del año, un dato que desató la euforia entre los inversores. Según la tercera y última revisión del Departamento de Comercio, el PIB de Estados Unidos creció entre julio y septiembre un 5 por ciento, muy por encima del 3,9 por ciento estimado y su mejor marca desde el verano de 2003. Una cifra que confirma que el país se desmarca del resto de economías avanzadas y se convertirá en la clara locomotora mundial en 2015. Este impulso al alza estuvo determinado principalmente por la tendencia alcista en el consumo personal, especialmente en lo que se refiere a los servicios de salud. Esta categoría, que mueve 1,8 billones, sufrió una revisión al alza de 2,5 puntos porcentuales hasta el 4,6 por ciento, lo que podría implicar cambios en las cifras de crecimiento del último trimestre. En nuestro país, el Ibex 35 también se dejó llevar por el entusiasmo en Wall Street y cerró con subidas del 1,03 por ciento hasta los 10.477 puntos. Durante la jornada, los inversores negociaron 4.065 millones. Indra y OHL encabezaron las ganancias, con alzas del 3,37 por ciento y el 2,53 por ciento, respectivamente. En el extremo contrario, BME cayó un 1,41 por ciento y FCC se dejó un 0,74 por ciento. "Es importante para la Fed y la administración Obama mantener la renta variable en territorio positivo", explica a este periódico Ken Polcari, director de operaciones para O´Neill Securities. "El rally navideño continúa y seguimos celebrando la paciencia de la Reserva Federal, lo que nos hace preguntarnos si la política monetaria llegará a normalizarse en algún momento", se pregunta mientras señala que, pese a los máximos, los volúmenes de negociación siguen siendo bajos. Lo cierto es que después de seis años bombeando dinero al sistema y absorbiendo más de 4 billones de dólares en activos y bonos del Tesoro, la fórmula del banco central de EEUU afianza sus frutos, al menos sobre el papel. No sólo el PIB estadounidense avanzó un 5 por ciento en el tercer trimestre de 2014 sino que el pasado mes de noviembre, la economía sumó 321.000 empleos. Un bálsamo que también ha surtido efecto en las bolsas del país ya que el Dow sólo ha requerido de 172 días para engordar otros 1.000 puntos, cuando entre 1972 y 1987 tardó 5.200 días en simular un movimiento alcista como este. Un efecto del 'QE3' Tras el colapso del sistema financiero y la Gran Recesión que acorraló a la economía mundial, los inversores tuvieron que esperar algo más de cinco años antes de que el Dow Jones volviera a cruzar una meta redonda, algo que sucedió el 7 de mayo de 2013, cuando se alcanzaron los 15.000 enteros. Desde entonces, la escalada ha sido imparable, motivada por una tercera ronda de expansión monetaria. Para Vincent Reinhart, economista de Morgan Stanley, la Reserva Federal podría retrasar el endurecimiento de la política monetaria hasta 2016. "El S&P 500 podría terminar 2015 en los 2.275 puntos, lo que implica un avance del 10 por ciento con respecto a este año", apunta Peter Knowles, estratega del banco estadounidense. El indicador de referencia para los inversores estadounidenses también marcó ayer nuevos máximos históricos, después de conocer como el gasto del consumidor subió un 0,6 por ciento en noviembre después de experimentar un incremento del 0,3 por ciento en el mes de octubre. "La historia de la renta variable de EEUU desde 2011 implica un crecimiento de la rentabilidad continuo impulsado por una expansión del 60 por ciento en los múltiplos", asegura David Kostin, estratega jefe de Goldman Sachs, quien advierte que habrá una contracción del PER del 10 por ciento si la Fed sigue adelante con su plan de encarecer el precio del dinero el año que viene. El PER actual del S&P 500 es de 16,5 veces. Dicho esto, la caída en los precios del crudo podría servir como una inyección de anfetaminas para Wall Street en 2015. "Asumimos que el Brent tocará los 84 dólares de media el próximo año, cada 10 dólares de caída en el barril aumentará el beneficio por acción de las empresas estadounidenses en dos dólares en 2015", justifica. El banco estadounidense espera que el S&P 500 toque los 2.100 el año que viene y estima su precio objetivo en los 122 dólares.