Las compras regresaron con fuerza a los bonos, mientras que la divisa superó los 1,29 dólaresMADRID. Agosto no sólo ha sido un mes propicio para las bolsas. El dinero ha alcanzado igualmente a la deuda pública, que ha vivido uno de los mejores meses de los últimos tiempos. La interrupción de la subida de los tipos de interés en Estados Unidos fue la señal que parecían estar esperando los inversores para adquirir de nuevo deuda pública. Sobre todo al otro lado del Atlántico, donde el precio de los bonos a diez años ha registrado su mayor aumento en un año. En concreto, su cotización ha subido un 4,6 por ciento. Dichas compras han provocado que la rentabilidad, que se comporta de forma inversa a los precios, haya caído del 4,97 al 4,74 por ciento, su nivel más bajo desde marzo de este año. Esta misma tendencia se ha vivido igualmente en Europa. En el caso español, el rendimiento de los bonos españoles a diez años ha descendido del 3,92 al 3,76 por ciento. ¿A por los 1,3 dólares? El aumento de los precios de la deuda europea se ha visto acompañado por la apreciación del euro frente a la divisa estadounidense. Aunque llegó a rebasar incluso la barrera de los 1,29 dólares a mediados de mes, moderó posteriormente sus ímpetus y ha terminado agosto en los 1,28 dólares, una cifra que representa una subida mensual del 0,3 por ciento. De este modo, sigue pendiente su asalto sobre los 1,30 dólares, una cota que se le resiste desde abril del año pasado, pero que podría volver a conquistar si el Banco Central Europeo continúa elevando los tipos y Estados Unidos no. Más notable ha sido su apreciación con respecto al yen japonés. De hecho, ayer marcó un nuevo máximo histórico frente a la moneda nipona al alcanzar los 150,7 yenes. En el conjunto del mes, el euro se ha revalorizado un 2,45 por ciento con respecto al yen.