La escasa negociación de estas compañías pone difícil vender grandes cantidades de títulosSacyr Vallehermoso y Popular tardarían varios siglos en desprenderse de Testa y Basco Vasconiamadrid. ¿Ha soñado alguna vez que se convierte en el principal accionista de una empresa; de esas que no paran de subir en bolsa y que ve como su dinero se multiplica? Pues despierte, porque una cosa es hacerse millonario en teoría y otra en la práctica. Es verdad que este año quienes controlan el capital de los valores más alcistas de la bolsa española ganan bastante dinero, ¿pero de que les sirve si tardarían de media un año en desprenderse del capital que poseen?Quizás justo por eso los propietarios de Cie Automotive, Inssec, han decidido promover una ampliación de capital con la que dar liquidez al valor y así poder vender parte de su participación. Ellos tienen ahora bastante difícil sacar provecho al buen comportamiento de la empresa vasca en bolsa, que avanza más de un 90 por ciento en 2006. El accionista de referencia de Cie necesitaría cinco años y medio para colocar en el parqué su participación.Tendría que vender muy poquito a poco y armarse de paciencia, porque, dada su baja negociación, se vería obligado a ir inyectar al parqué paquetes con poco más de 8.000 títulos, que es lo que, de media, mueve la compañía en bolsa cada día. Evidentemente, la venta de tantos papeles no iba a pasar inadvertida en la cotización de Cie Automotive. Es más que posible que la empresa cayera con fuerza, dejando su marcador bursátil con bastante peor aspecto que ahora.De herencia: orden de ventaLas cosas estarían aún más en contra para Banco Popular y Sacyr Vallehermoso. Como se les ocurra desprenderse de Banco de Vasconia o Testa en bolsa, los actuales directivos tendrían que dejar su deseo por escrito para la posteridad, porque pasarán bastantes generaciones antes de ver cumplido su objetivo. El banco presidido por Ángel Ron tardaría más de un siglo en deshacerse de su participación en Vasconia y la constructora tendría que dedicar 404 años de su futura historia bursátil a desprenderse de la inmobiliaria. Queda bastante claro que si se pasa por sus cabezas la idea de deshacerse de estas empresas, la única alternativa es buscar un comprador fuera del mercado.Nombre propios atrapadosNo sólo hay empresas que son accionistas de referencia de los valores que más suben este año en bolsa. Hay muchos inversores particulares que, sin llegar a los problemas que tendrían Sacyr o el Popular, estarían obligados a encontrar un comprador fuera del mercado para desprenderse del capital que controlan. En esta situación se encuentran Carlos Turro, principal accionista de Cleop, o Belmiro Mendes, que es propietario de más de un 90 por ciento de Tafisa.La escasa liquidez de estas empresas, que de media mueven menos de un uno por ciento de su capital en bolsa cada día, obligaría a estos empresarios a pasarse más de 300 sesiones bursátiles colocando su participación en el parqué. Y eso es más de un año de dedicación absoluta porque, como mucho y sin que la bolsa cerrara ningún día fuera de los fines de semanas, cada ejercicio bursátil se compone de 260 jornadas. Otros que tienen un problema parecido son Jose Alberto Barreras Barreras y María Paz Pérez Aguado, accionistas de referencia de la inmobiliaria Montebalito y de la empresa de proyectos de ingeniería, Inypsa, respectivamente.Las participaciones que controlan están valoradas, según los actuales precios de mercado, en 87 y 25 millones de euros, después de subir en 2006 cerca de un 90 por ciento, pero les costaría mucho trabajo llenarse los bolsillos con todo ese dinero. Si la cotización de sus compañías se mantuviera sin cambios mientras que ellos venden sus acciones -algo que es bastante improbable-, los dos tardarían muchas sesiones en vender. Barrera, 275 sesiones y Pérez Aguado, 223 días con bolsa.