La amplia oferta, junto con el deterioro en el crecimiento de las economías están detrásDesde que finalizó el mes de junio el oro negro no ha hecho más que descender, arrastrado por una oferta en fuerte crecimiento junto con la ralentización que está experimentando la economía mundial. Tras ceder ayer el West Texas más de un 1,7 por ciento y el Brent un 0,75 ya marcan nuevos mínimos de 17 y 27 meses, respectivamente. El segmento de la producción está siendo impulsado por Estados Unidos, país que este año ha logrado erigirse como el mayor productor del mundo, gracias a la técnica de fraccionamiento hidráulico o fracking. Al poder acceder a nuevas fuentes de petróleo que hasta ahora no eran accesibles, la producción se ha incrementado hasta los máximos de 1986. Sin embargo, no se trata de la única región del mundo que está aumentando su producción petrolífera: durante el mes de septiembre los países miembros de la OPEC produjeron la mayor cantidad de petróleo del último año, circunstancia que está castigando al precio del barril Brent. Junto al buen ritmo de la producción, otra causa que ha podido generar que los osos se hayan hecho con el control del mercado de petróleo se encuentra en la especulación que maneja el mercado durante los últimos meses sobre un deterioro en el crecimiento económico mundial. De hecho, esto quedó confirmado el pasado martes, cuando el Fondo Monetario Internacional publicó sus revisiones para el crecimiento del PIB mundial durante el año 2015 y avisó de que el planeta crecerá al 3,8 por ciento frente al 4 por ciento que se previó el pasado mes de julio. El miércoles, la Administración de Información Energética puso la guinda en el pastel al anunciar un incremento en las reservas estadounidenses de petróleo muy por encima de lo estimado: se incrementaron durante la semana pasada en 5,01 millones de barriles, alcanzando los 361,7 millones. Las previsiones que se habían lanzado con anteriodidad por parte de la administración apuntaban a una subida en 2 millones de barriles, con lo que el anuncio confirmó que a producción sigue siendo sólida en el gigante norteamericano, y llevó al mercado a vender crudo: los dos barriles cayeron con fuerza. Tanto fue así que al cierre de la sesión estadounidense el Brent se aproximaba a los mínimos de 2010 y, en el mismo sentido, el West Texas se acercó a los mínimos de diciembre en 2012.