El presidente del Eurogrupo niega que se esté atravesando una fase deflacionista aunque se prolongue la baja inflaciónEl nuevo paquete lanzado por el BCE para revitalizar la economía de la eurozona era esperado por muchos, pero no bienvenido por todos. Unas horas antes de que su presidente, Mario Draghi, anunciara las nuevas medidas, su homólogo del Eurogrupo, y ministro de Finanzas holandés, Jeroen Dijsselbloem, mostraba cautela ante la puesta en marcha de nuevas acciones, ya que todavía no se le había dado suficiente tiempo a la inyección de crédito barato por 400.000 millones que aprobó el Eurobanco en junio. Dijsselbloem comentó ante el comité de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo que el BCE ya había "estirado sus posibilidades en nuevas direcciones", y ante la defensa de una mayoría de eurodiputados a favor de nuevos estímulos, avisó que una política monetaria muy activa implica "riesgos" que quizá no se muestren en el corto plazo, pero si pueden dañar las economías en el largo. El presidente del Eurogrupo reconoció que la eurozona corre el riesgo de quedar atrapada en un escenario prolongado de baja inflación. No obstante, negó que se estuviera atravesando una fase deflacionista. Al preguntársele si los alarmantes niveles de inflación podrían considerarse como una "circunstancia excepcional" para que la Comisión diera algo de tregua a algunos países al equilibrar sus cuentas, dijo que "podría ser considerado", pero que era una decisión del Ejecutivo comunitario. La flexibilidad fiscal a debate La posibilidad de relajar la disciplina fiscal fue el otro gran tema de interés para los eurodiputados, interesados también por las nuevas medidas de estímulo para relanzar la economía europea. Ante el empuje de algunos países a favor de relajar las normas, como Francia o Italia, Dijsselbloem, uno de los halcones del Eurogrupo, clamó que "el debate no debería ser solo sobre si deberíamos reventar el pacto de Estabilidad y Crecimiento". En línea con el discurso oficial de Bruselas, abogó por usar solo la flexibilidad permitida por las reglas (que unos y otros intentan reinterpretar estas semanas). Y advirtió que cualquier concesión dada a los Estados miembros en sus calendarios de ajuste "no debería dañar la credibilidad de lo que se ha hecho hasta ahora". "La flexibilidad no es un ticket gratis", comentó. La gran batalla sobre cómo se concreta la prórroga de la Comisión a las capitales con problemas, pero con una ambiciosa agenda de reformas, se conocerá en octubre y noviembre, tras enviar sus gobiernos sus borradores de presupuestos para 2015 al Ejecutivo comunitario. Para los próximos meses, Dijsselbloem señaló que la prioridad es reducir la deuda pública y privada, rebajar las cifras de desempleo, continuar con las reformas estructurales y mejorar la confianza en el sector financiero para recuperar el nivel de inversión "de al menos hace 10 años". "Ahora estamos en una fase diferente de la recuperación" en la que se trata de reforzar el crecimiento económico "con la combinación apropiada de políticas fiscales con el posible apoyo desde el lado público y privado, respetando el Pacto de Estabilidad", resumió.