La interrupción de la subida de los tipos ha precipitado las compras en renta fijamadrid. Estados Unidos también manda en los mercados de deuda pública. Poco importa lo que ocurra aquí, donde las subidas de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) deberían alimentar las ventas de bonos más que las compras, porque la batuta la tiene la primera economía mundial. Y como allí la Reserva Federal (Fed), el banco central norteamericano, ha pisado ya el freno de los intereses, los inversores han regresado con fuerza a la deuda pública, una reacción que ha sido imitada en Europa. "En efecto, se ha producido un efecto contagio", confirma José Luis Martínez, estratega en España de Citigroup. Esta respuesta ha provocado una importante caída de las rentabilidades, que se comportan de forma inversa al precio de los bonos. En Estados Unidos, el rendimiento de los bonos a diez años ha descendido del 5,15 al 4,8 por ciento desde comienzos de julio. A este lado del Atlántico, las rentabilidades han seguido una evolución similar. En España, la del bono a diez años ha retrocedido del 4,14 al 3,79 por ciento. Dos mundos, mismo caminoEste retorno de los inversores ha estado conducido por la Fed. De hecho, las compras regresaron cuando el mercado empezó a creer que el banco central estadounidense podría detener el incremento de los tipos oficiales. Cuando, el pasado 8 de agosto, la Reserva Federal convirtió esas especulaciones en realidad y mantuvo los intereses en el 5,25 por ciento, las compras de bonos se hicieron fuertes en los mercados. Para José Luis Martínez, la reciente contención de los precios del petróleo y la aún elevada liquidez consolidaron esa tendencia. Además, los inversores volvieron a sentirse atraídos por unas rentabilidades que en España se acercaban al 3,5 por ciento en las letras a doce meses y al 4 por ciento en los bonos a diez años. Aunque estos rendimientos no alcanzan el 4 por ciento en el que se encuentra la inflación, sí superan lo que ofrecen los depósitos bancarios tradicionales, de ahí que la deuda haya recuperado cierto brillo. A juicio de los expertos, esta resurrección resulta lógica en Estados Unidos y algo más sorprendente en Europa. No en vano, en el caso norteamericano los tipos han podido alcanzar su techo en el 5,25 por ciento y la economía ha dejado atrás su ritmo más alto. En cambio, en la zona euro los intereses, que están en el 3 por ciento, van a seguir subiendo y el crecimiento aún podría dar algo más de sí, por lo que los analistas ven las últimas compras con recelo. "El movimiento ha sido demasiado brusco, por lo que somos neutrales con el mercado de deuda pública en estos momentos", afirma José Luis Martínez. Para Juan Ramón Caridad, director de producto de Atlas Capital, "las compras de bonos en Europa se pueden explicar por la relajación de los temores inflacionistas y porque los inversores internacionales pueden ver al euro como moneda refugio", aunque también reconoce que "la rentabilidad que se obtiene es muy baja frente al riesgo que se corre". Por este motivo, asegura que hay que distinguir entre la situación europea y norteamericana. "En los bonos europeos existe peligro, sobre todo por la posibilidad de que los próximos datos económicos sean mejores de lo esperado y alimenten de nuevo las ventas. El panorama está mejor en EEUU. La Fed ha parado la subida de los tipos y algunas referencias económicas, como las de empleo o vivienda, han dado señales de moderación, por lo que se entienden las últimas compras", señala.