Recorta las expectativas de crecimiento de la economía para este año, pero mantiene las de 2014 y 2015En su segunda conferencia de prensa desde que Janet Yellen tomase el mando de la política monetaria de la mayor economía del mundo, la presidenta de la Reserva Federal mantuvo su plumaje de paloma, aunque el banco central de Estados Unidos prepara en la sombra el vuelo de sus halcones. Al menos así lo apuntó en sus nuevas proyecciones económicas, que rebajaron las previsiones de crecimiento para el país este año, cuando el PIB debería expandirse un 2,2 por ciento, lejos del 3 por ciento esperado el pasado marzo. Yellen justificó este hecho haciendo alusión a "la inesperada contracción del primer trimestre". Esta esperada rebaja tras el frenazo de la actividad económica en los tres primeros meses de 2014, llegó acompañada de un endurecimiento de las condiciones monetarias durante los próximos dos años. Yellen dejó entrever su futura conversión en ave de rapiña al sugerir que, cuando la Fed suba los tipos de interés a corto plazo, el encarecimiento del dinero será más duro de lo anteriormente previsto. De ahí que los inversores reaccionaran inicialmente con dudas, después de conocer que el banco central ve los tipos de interés en el 1,2 por ciento a finales de 2015 y en el 2,5 por ciento en 2016. En sus previsiones anteriores, estas tasas se situaron en el 1,12 por ciento y en el 2,4 por ciento respectivamente. Dicho esto, éste mayor endurecimiento del crédito en los próximos años se edulcoró con la posibilidad de una política monetaria algo más laxa a partir de 2016, cuando los tipos podrían mantenerse en el 3,75 por ciento, 25 puntos básicos por debajo de lo anteriormente barajado por Yellen y sus chicos. Desde el banco central de EEUU proyectan que la tasa de paro debería situarse en el 6 por ciento a finales de año y llegar a tocar el 5 por ciento en 2015 para caer aún más en 2016. Estas revisiones a la baja sugieren que la Fed ve menos problemas para la economía a largo plazo, lo que podría ayudar a explicar el incremento en las proyecciones de los tipos de interés. No debemos olvidar que desde la reunión del pasado marzo, la composición del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) ha sufrido cambios, con la salida de dos de sus miembros y la llegada de otros tres. Eso sí, durante la conferencia de prensa, Yellen intentó quitar hierro al asunto al sugerir que no se debe poner demasiado énfasis en los cambios de las proyecciones a largo plazo en los tipos de interés, dado el cambio en la composición del FOMC. Aún así, y en medio de posibles presiones inflacionistas, la Fed mantuvo sin titubeo alguno el ritmo en la reducción de sus estímulos. Y es que, pese a que EEUU se contrajo un 1 por ciento en el primer trimestre y la rebaja de sus proyecciones, "el crecimiento de la actividad económica se ha recuperado en los últimos meses", afirmó el selecto grupo de dictaminar la política monetaria del país en su comunicado. "Los indicadores del mercado laboral, en general, mostraron una mejora adicional", justificaron los funcionarios del banco central que indicaron que el gasto de las empresas "ha reanudado su avance". Todo sigue igual Es por ello que el banco central continuó con su reducción habitual en la compra de bonos del Tesoro, que a partir de ahora será de 20.000 millones mensuales, y de activos respaldados por hipotecas, que se limita hasta los 15.000 millones. Con la conocida como flexibilización monetaria o QE, por sus siglas en inglés, llegando a su fin posiblemente en octubre si la Fed se ciñe al guión, el endurecimiento de la política monetaria todavía tardará en llegar. "El Comité prevé que incluso cuando el empleo y la inflación alcancen niveles consistentes, las condiciones económicas podrían justificar mantener durante algún tiempo los tipos federales por debajo de los niveles considerados normales", reiteró el comunicado.