Atacar los 12.000 puntos como ocurrió en la sesión de ayer, la que se sabía iba a ser la más aburrida del año por la ausencia de negocio, hubiese sido mucho más vibrante si se hubiese hecho con fuerte volumen de contratación. Hubiese sido la constatación de que el mercado va a derribar con tranquilidad una barrera que se le ha resistido durante los tres últimos meses. Pero el listón de los 12.000 puntos, que se superaron durante quince minutos, se hizo con el menor volumen de contratación de lo que se lleva de año. Sólo se negociaron 1.525 millones de euros, una cifra todavía inferior a la que se registró en la otra gran festividad en la que el mercado español permanece abierto: Jueves Santo. La interpretación positiva es que aunque el volumen fue muy pobre fue casi el triple que en la misma fecha del año pasado -668 millones de euros-. Por este motivo, la sesión de hoy será clave porque, aunque se trate del mes de agosto -en el que habitualmente se concentran el mayor número de sesiones con poco volumen-, volverá a ser una jornada de cierta normalidad. Si se consiguen los 12.000 puntos tendrá especial valor, sobre todo, si se consolida en las sesiones consecutivas. El mercado tiene que drenar un gran número de órdenes de venta que están condicionadas a que el Ibex alcance los 12.000 puntos, y el número de inversores dispuestos a comprar tiene que ser superior a éstas. Una posibilidad complicada, sobre todo, si se tiene en cuenta que el año está siendo mucho más rentable de lo que se esperaba a comienzos de curso, con una mejora hasta la fecha del 11,7 por ciento. Pero tampoco imposible, por cuanto todavía quedan argumentos para pensar que se pueden ver máximos históricos en 2006 (ver página 13).