El 'segundo' de la firma lanza un duro mensaje al cofundador de la gestora privada de bonos más importantes del mundo"Estoy harto de limpiar tu mierda". Con estas palabras, Mohamed El-Erian, quien a mediados de marzo dejará de capitanear Pimco, se dirigió a un endiosado Bill Gross, cofundador de la gestora privada de bonos más importante del mundo. El Wall Street Journal metió ayer el dedo en la llaga de un divorcio que, como muchos se temían, se aleja de ser amistoso y donde el egocentrismo del gurú de la renta fija pone de manifiesto que, quizás, es momento para que Gross realice un acto de conciencia e, incluso, se jubile. El rotativo abrió la caja de los truenos de la de Newport Beach, con más de dos billones de dólares en activo y donde por todos es conocido que Gross es, incluso él mismo lo admite, un jefe duro. Sin embargo, el pasado junio, el director de inversiones y cofundador de la entidad, con más de cuatro décadas de vida, echó un pulso contra El-Erian, cuando el todavía consejero delegado de Pimco puso en duda algunas de las inversiones realizadas por Gross delante de una docena de ejecutivos. "Tengo 41 años de currículo de inversión impecable", espetó Gross preguntando inmediatamente después: "Tú, ¿qué tienes?". Desde entonces el malestar entre ambos directivos ha sido un secreto a voces, en un momento en que los inversores comenzaron a retirar sus fondos de la compañía. De hecho, en el conjunto de 2013, Pimco sufrió una fuga de 41.100 millones de dólares, un récord histórico. Otro encontronazo relatado por el Journal describe a Gross autodefiniéndose como "Secretariat", el nombre de un afamado caballo de carreras, y afirmando que sería capaz de capitanear Pimco sin la ayuda de El-Erian. Imagen deteriorada Sea como sea, el artículo hace mucho daño a la imagen de este gurú de la renta fija especialmente durante un periodo en que el Pimco Total Return Fund, la niña mimada de Gross, perdió su estatus de Santo Grial de la renta fija frente a un 77 por ciento de sus competidores, entre ellos Vanguard. Según muchos analistas, la única forma de salvar Pimco tras este delirio de grandeza es la completa retirada de su cofundador. "Los inversores de Pimco se centran mucho en la buena gestión y gobierno y la entidad está sufriendo todo lo contrario a un buen gobierno en estos momentos" indicaba ayer Felix Salmon en un editorial publicado por la agencia Reuters.