Sesiones como la de ayer muestran la conveniencia de dejar la cartera más protegida que la casa cuando uno se va de vacaciones. Quizá ni los resultados empresariales ni los planes de atentados habrían movido tanto los mercados -los índices europeos llegaron a caer cerca de un dos por ciento- en una jornada con un elevado volumen de negocio, pero cuando el dinero escasea los movimientos asustan más. Ayer apenas se negociaron 2.600 millones de euros en el Ibex 35, a pesar de ser una sesión con tantos alicientes para que los inversores hicieran y deshicieran sus posiciones en bolsa. Pero no sólo eso. En derivados, apenas se negociaron 16.000 contratos sobre el Ibex 35, más que la media de las últimas sesiones, pero una cifra muy débil para una sesión con tantos acontecimientos que valorar.En Europa sí hubo algo más de actividad: el futuro sobre el Euro Stoxx, el más negociado en el continente, rozó el millón de contratos, una cifra que no se veía desde hace tres semanas. Sin embargo, tampoco es tan relevante mirado en perspectiva. Sobre todo, si se tiene en cuenta que durante el retroceso de los mercados desde los máximos de mayo el negocio estuvo pasando la barrera del millón casi de manera consecutiva durante más de un mes. Hay que recordar que los derivados son la herramienta preferida por los grandes especuladores para hacer apuestas sobre los movimientos de los activos en el corto plazo.Si usted aún no se ha ido de vacaciones no lo dude, proteja su cartera para descansar tranquilo las próximas semanas y evitar las serpientes de verano en los mercados financieros.