El BCE se ha apuntado a la práctica de lanzar globos sonda y luego comprobar sus efectos. Las autoridades ahora se plantean computar la deuda pública como activo de riesgo con la clara intención de penalizar su posesión por la alta rentabilidad que ofrecen algunos países europeos, forzando así a destinar estos recursos al crédito para el sector privado. ¿Será efectivo este movimiento? Sólo el tiempo lo dirá, pero la duda a corto plazo será ver hasta qué punto las curvas periféricas corrigen al alza.