Lleva el mercado español más de un mes sin registrar cambios significativos en el Ibex 35. En concreto, desde el 1 de marzo el indicador no ha subido ni bajado más del uno por ciento al cierre de la sesión respecto al día anterior. No se veía una racha tan prolongada desde el pasado verano, cuando el Ibex estuvo casi dos meses sin registrar cambios importantes. Se dan dos coincidencias entre ambas situaciones. Una de ellas puede parecer anecdótica, ya que en las dos ocasiones esta flojera ha tenido lugar cerca de un periodo vacacional: ahora la Semana Santa, entonces el mes de agosto.La otra sí invita a la reflexión. El pasado verano esta calma tensa tuvo lugar cuando el índice se situó en el entorno de los 10.000 puntos, una barrera psicológica que hasta entonces se había mostrado casi insuperable para los ánimos de los inversores más optimistas. ¿Y que ocurrió al salir de esta fase de inacción veraniega? El Ibex salió disparado al alza y en septiembre logró una revalorización del 8 por ciento, la mayor subida mensual de los últimos tres años. Fue sólo el arranque de la impresionante carrerilla alcista que ha llevado al índicador a los umbrales de los 12.000 puntos.Analizado este optimista precedente, la pregunta es: ¿será esta fase de tranquilidad un periodo en el que el Ibex está recargando fuerzas para dar otro gran salto? La temporada de resultados empresariales que está a punto de empezar tendrá mucho que ver. Si las compañías logran sorprender al alza, puede ser. Pero si decepcionan, caídas como la registrada ayer, del 0,77 por ciento, tomarán el mando estos próximos días.