madrid. Cuando uno se cae debe saber levantarse. Y esto es lo que ha hecho Carlyle, una de las firmas de capital riesgo más afectadas por la crisis de las hipotecas basura. Si hace unas semanas anunció la quiebra de su hedge funds Carlyle Capital, con un endeudamiento cercano a los 16.600 millones de dólares, ayer informó de que comprará deuda senior de préstamos bancarios. Toda una demostración de valentía, después de que la crisis estadounidense comenzó en las hipotecas subprime o de alto riesgo, contaminando a las emisiones de deuda ligadas a préstamos bancario. En total invertirá 50 millones de dólares en el fondo de obligaciones de deuda colateral (CDO), una de las más afectadas, llamado Carlyle Strategic Partner II, y que tendrá un patrimonio de 1.350 millones de dólares, que también buscará ganancias con deuda pública y renta variable. Una buena declaración de intenciones en un momento en el que la quiebra de su hedge funds, especializado en riesgo hipotecario, que tuvo que entregar la cartera a los bancos acreedores tras alcanzar un agujero patrimonial gigantesco, hizo saltar todas las alarmas. Su endeudamiento fue el preludio de otros casos.