Los mercados han sufrido lo que muchos diarios califican de sangría. La rueda de prensa de Bernanke y unos malos datos sobre manufacturas en China han desencadenado en las bolsas, que han venido guiadas más por comentarios de presidentes de bancos centrales que por fundamentales, una oleada de ventas en las sesiones del miércoles y jueves, a lo que se suma el hecho de que el viernes vencían contratos de derivados, tanto trimestrales como semestrales, lo que provocaba más volatilidad a corto plazo.