El oro ya no es el valor por el que apuestan los inversores. Soros y Bacon han reducido una parte de sus posiciones en valores respaldados por este metal. El precio del oro ha sufrido notables caídas desde principios de octubre, en concreto un 8,98 por ciento. Este optimismo se refleja en una apuesta por valores que ofrecen mayores rentabilidades y en una disminución de la apetencia por activos más defensivos. Si los problemas vuelven a las principales economías, no es de extrañar un regreso al metal amarillo.