El sentimiento de los mercados está cambiando. Ha cambiado, de hecho. El despejado y optimista panorama que existía hace apenas tres meses ha dejado paso a un ambiente mucho menos entusiasta. Prueba de ello son las conclusiones que arroja la encuesta de julio realizada por Merrill Lynch entre 213 gestores de fondos de inversión. A grandes trazos, estos expertos anticipan la moderación del crecimiento económico, el deterioro de las cuentas de resultados y el descenso de los mercados bursátiles. El 60 por ciento neto de los entrevistados considera que la economía mundial se debilitará en los doce próximos meses. Se trata de la cifra más alta desde que el banco de inversión estadounidense realiza este trabajo. Y, sobre todo, contrasta con el 5 por ciento de hace tres meses. Además, el 63 por ciento del total vislumbra una reducción de los beneficios corporativos, frente al 19 por ciento que se inclina por una mejoría. Sobre el petróleo, consideran que su cotización debería situarse en los 80 dólares durante los doce próximos meses para que tuviera un impacto realmente negativo sobre el crecimiento. Este panorama permite entender que, al mismo tiempo, uno de cada tres gestores espere que los mercados bursátiles mundiales se encuentren en niveles más bajos dentro de seis meses. Por ello, el 31 por ciento neto está sobreponderando la liquidez, el mayor porcentaje desde los atentados del 11-S. Eso sí, conceden una oportunidad a la renta variable. De manera mayoritaria, los gestores siguen sin ver atractivo en la renta fija, por lo que podrían regresar con su dinero a las bolsas si al final el horizonte no se complica tanto.