Blas Calzada compagina su presidencia en el Comité Asesor Técnico del Ibex 35 con cargos como el de consejero rector del Financing Day, un evento que reúne del 17 al 18 de septiembre en Madrid a pequeñas y medianas empresas con potenciales inversores. A través de este reto, pone de manifiesto que la situación de las compañías debe desligarse de la de los Estados. ¿Cuál es su percepción de la situación actual en España? El Estado español tendrá sus problemas para pagar las cuentas, pero las compañías hay que mirarlas como empresas del mercado común. No como hacen las agencias calificadoras que les bajan el rating porque bajan el del Reino de España. La diferencia entre EEUU y Europa es que aquí se califica la deuda pública y por debajo todo lo demás. Las empresas son las empresas y los Estados son los Estados. Las empresas españolas no tienen por qué tener problemas por ser españolas, sino por ser malas empresas. Aquí ponemos de relieve que hay compañías medianas que pueden obtener financiación dentro y fuera de España. Una empresa innovadora que quiere crecer no crece para el país sino para el mundo. ¿Qué opina de la reforma financiera y del 'banco malo'? La diferencia con otras crisis bancarias es que antes el dinero lo podía poner el Banco de España si hacía falta. Ahora después de la Unión Europea lo pone el Gobierno. El que tiene el dinero no manda. Mal asunto. El segundo tema es que la crisis es superior a otras veces desde el punto de vista del crédito y además en los otros casos el sector financiero estaba creciendo y ahora tiene que decrecer. Ni hay dinero a nuestra disposición -se tiene que pedir-, ni hay unidad, porque en su momento el gobernador del Banco de España lo hacía él solo. El enfoque actual es una solución, tiene dificultades en su puesta en marcha, pero yo creo que tiene que salir bien. Pero el 'banco malo' es un tema complicadísimo que debería estar en una o en muy pocas manos. ¿Y con esto retornaría el crédito? Tras separar el 'banco malo', las entidades podrán dedicarse a prestar dinero, pero siempre que las exigencias de solvencia no sean muy grandes. Cuantos más problemas de solvencia se pongan, menos crédito habrá. Naturalmente que hay que supervisar, pero lo que eso significa es estar encima y actuar a tiempo y no hace falta poner líneas de solvencia. La reforma incluye novedades para el particular en temas como las preferentes. ¿Se puede entender que la Mifid no ha funcionado bien? El problema es que se han vendido preferentes de empresas que luego han quebrado y entonces las preferentes no valen nada. Lo que tienen que hacer las personas es demostrar que les han engañado, si lo han hecho. Lo que sí creo es que los productos del banco no deben venderse en la propia entidad más que a inversores cualificados, porque si no lo que hay es una presión en el banco por vender que obliga a un director de oficina a engañar para no ser despedido. ¿Todos los productos están preparados para todo tipo de públicos? Puede que no. Si el particular no entiende cómo gana el dinero en un producto, no debe comprarlo. Como presidente del CAT, la prohibición de posiciones cortas ha afectado en sus decisiones. ¿Es partidario de la medida? Yo soy contrario a prohibir los cortos, no arregla nada. Cuando uno juega a la baja, luego tiene que comprar, y entonces está jugando al alza. La bolsa no ha dejado de bajar por eso. Esta vez no afectará a la decisión del CAT, porque en estos momentos el veto es para todos. En la última revisión del Ibex 35 no hubo cambios en la composición. ¿Habrá en la reunión de diciembre? Ahora mismo es de esperar que sí, pero todavía es muy pronto. Yo miro los números 4 ó 5 días antes, porque verlos antes lleva a engaño, hay que mirarlos depurados.