Desde que Draghi dijo que haría todo lo necesario por salvaguardar el euro y que sería suficiente, los mercados esperaban ansiosos que las palabras dejasen paso a los hechos. Y este jueves se ha puesto la primera piedra. A pesar de la férrea oposición del Bundesbank, el BCE ha abierto la puerta a la compra ilimitada de deuda pública. La otra gran novedad del nuevo programa es la asunción de responsabilidad por parte de los gobiernos de los países, pues si no cumplen, el BCE podría cesar la compra de deuda.