La intención de Draghi de comprar en los tramos cortos reduce el coste de financiaciónEl diferencial entre la deuda española con la alemana entre diez y dos años es de 208 puntos El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha decidido poner parches de nicotina como remedio para aliviar los problemas de financiación de los países periféricos en el mercado. El objetivo del máximo dirigente de la entidad es dar un tiempo a estos gobiernos para que saneen sus cuentas pero sin llegar a la compra de deuda a largo plazo al estilo de la Fed que el presidente del Bundesbank, Jens Weidman, catalogó como una "droga" que podría ser adictiva. En su búsqueda de una solución que permita dar tiempo a los Gobiernos de los periféricos para aplicar las medidas de ajuste necesarias sin que esto dispare las rentabilidades que tengan que pagar por colocar su deuda, Draghi apuntó su objetivo hacia los tramos de financiación a corto plazo. Así lo esbozó el pasado 2 de agosto antes de las vacaciones veraniegas y así lo defendió el pasado lunes. La intención es reducir los costes de acceso al mercado de estos países comprando en el mercado secundario, ya que no tiene licencia para actuar en el primario, deuda en los tramos cortos, con un vencimiento máximo de tres años, lo que podría dar el tiempo necesario a los diferentes Ejecutivos para acometer las políticas necesarias. "¿Por qué plazos cortos? Porque el presidente del BCE trata de adoptar medidas de política monetaria que no vayan en contra de la prohibición de financiar el déficit público", explica José Luis Martínez Campuzano, analista de Citi en España. Super Mario ha encontrado así una rendija en su mandato que podría permitir la compra de deuda de los países miembros, y así rebajar la tensión existente sobre la deuda soberana. A la espera de que detalle sus planes en la próxima reunión que celebrará el BCE mañana, sus palabras todavía retumban en el mercado, lo que llevó ayer al diferencial de la rentabilidad de los bonos españoles frente a los alemanes a dos años al mínimo desde el pasado 7 de mayo con 310 puntos básicos. Punto de inflexión "Haré lo que sea necesario para salvar el euro y, créanme, será suficiente". Fueron las palabras de Draghi pronunciadas el pasado 25 de julio, las que calmaron la tensión de la deuda en todos sus tramos después de que la prima de riesgo española alcanzase los 638 puntos básicos. Pero fue su comparecencia del 2 de agosto la que separó los caminos de la rentabilidad de los títulos con vencimiento a corto y a largo plazo. Desde entonces el diferencial del bono español a dos años frente al alemán ha retrocedido hasta los 310 puntos, lo que dibuja la menor distancia de los últimos cuatro meses. El spread del bono a dos años español se ha rebajado en un 51 por ciento desde los máximos de julio, lo que supone un gran alivio de cara a la próxima subasta de bonos que realizará mañana el Tesoro español en el que espera colocar títulos con vencimientos en 2013, 2014 y 2015. En concreto, la rentabilidad del bono a dos años se situó ayer en el 3,115 por ciento, mientras que a finales de julio alcanzó un tipo de interés del 6,642 por ciento. Por su parte, mientras la rentabilidad de los títulos de deuda a corto plazo sigue su camino bajista anestesiada por las palabras de Draghi, los bonos con vencimientos a largo plazo, aunque se han relajado en el último mes, cada vez se alejan más de los tramos cortos. Esto queda reflejado en la distancia de 208 puntos que hay entre la miniprima de riesgo -a dos años-, situada en 310 puntos básicos, con la prima de riesgo tradicional -que contabiliza el diferencial del bono a 10 años-, que alcanza ya los 518 puntos básicos. El centro de atención Después de que la prima de riesgo de los bonos a 10 años fuese la protagonista de las pesadillas de los países periféricos durante los últimos años, el papel de personaje principal podría cambiar de actor. Esto se debe a que los analistas destacan que ahora será el tramo a dos años el que haya que vigilar ya que, "si el BCE va a apoyar a los países periféricos en estos tramos para reducir los costes de financiación, las nuevas emisiones del Estado deberían ser en estos plazos", advierte Miguel Ángel Paz, responsable de estrategia de Unicorp. "Son los diferenciales de corto plazo frente a los plazos más largos los que suponen el mejor indicador de la fragmentación del mercado europeo", explica Martínez Campuzano. De este modo, la distancia de la rentabilidad de los títulos a dos años será el que refleje las verdaderas diferencias en las condiciones de financiación frente a Alemania.