La prima de riesgo baja hasta los 343 puntos tras haber repuntado hasta los 377madrid. Se rompió la racha. Por primera vez desde noviembre de 2011, el Tesoro Público, el organismo encargado de emitir la deuda pública española, se vio obligado a pagar ayer un interés superior que en la anterior subasta para poder financiarse en el mercado. Ocurrió en una colocación de papel a medio y largo plazo -con vencimiento en 2015 y 2019-, algo que otorga más seriedad al incremento de los costes de financiación, puesto que estos títulos son los que constituyen el grueso de financiación del Estado y los que miden más fielmente la credibilidad de un país entre los inversores. Lo mejor de la operación fue, sin duda, que el Tesoro satisfizo de sobra su objetivo de financiación. Se había propuesto conseguir entre 3.000 y 4.000 millones de euros, y superó el límite, ya que captó 4.074 millones -3.001,1 millones en títulos a tres años y otros 1.072,6 millones en obligaciones a más de siete años-. Lo hizo posible una demanda que, en total, ascendió a 11.691,7 millones, con lo que estuvo cerca de triplicar la cantidad finalmente emitida. Esta vez, y a diferencia de lo que venía ocurriendo desde diciembre, la cantidad no casó con la calidad. La avalancha de peticiones no bastó para que la factura de la emisión se abaratara. Todo lo contrario, puesto que ayer el dinero fue más exigente. En concreto, el Tesoro lanzó dos referencias distintas de títulos con vencimiento en 2015, que salieron al mercado con una rentabilidad media del 2,96 y el 3,33 por ciento, ambas por encima del 2,86 por ciento al que se colocaron a comienzos de febrero. El organismo también vendió títulos con vencimiento en 2019 -vida residual algo inferior a ocho años-, que se adjudicaron al 4,83 por ciento, por encima del 4,54 por ciento de enero. De la tensión a la tregua El resultado de la subasta, combinado con las fuertes caídas bursátiles matinales y la incertidumbre en torno a la situación de Grecia, provocó que la tensión se disparara en la deuda periférica en la primera mitad de la sesión. Las ventas causaron que el rendimiento de los bonos españoles a 10 años subiera del 5,43 al 5,60 por ciento. A su vez, este incremento condujo a que la prima de riesgo de España, medida por la diferencia entre la rentabilidad de los bonos españoles y alemanes a 10 años, se ampliara de los 358 a los 377 puntos básicos. Italia también sintió esta presión y la rentabilidad de sus bonos llegó a escalar hasta el 5,93 por ciento y su prima de riesgo, hasta los 410 puntos básicos. Por la tarde, sin embargo, la tensión dejó paso a la tregua. Al sempiterno rumor de que el Banco Central Europeo (BCE) se dejó ver en los mercados se sumaron, una vez más, las especulaciones de que Grecia y la troika acercaron de nuevo sus posiciones con respecto al segundo rescate heleno, en esta ocasión con la posibilidad de que el BCE y otros bancos centrales accedan a canjear sus actuales bonos griegos por otros nuevos -ver página 29-. Estas novedades propiciaron que la prima española se moderara por la tarde hasta los 343 puntos básicos y la italiana, hasta los 376.