Inmobiliaria Colonial continuó ayer su descenso a los infiernos, con algo más de fuerza incluso que el pasado jueves. Los títulos de la compañía que preside Luis Portillo se desplomaron hasta los 1,88 euros, un 25,40 por ciento, sumergiendo a la compañía en precios que no veía desde abril de 2006, cuando aún la propia Inmobiliaria Colonial era un objetivo de compra de Luis Portillo, desde su torre de Inmocaral. Con este recorte, ya son dos y los dos se han producido consecutivamente en los últimos días de cotización de 2007, hasta ceder un 41,26 por ciento. En los dos últimos días se ha reunido el Consejo de Administración de la inmobiliaria con carácter de urgencia para "analizar el descenso sufrido en el mercado". El jueves fue una reunión tensa en la que se llegó a plantear la dimisión del empresario sevillano por su gestión de la compañía y el desplome del valor en bolsa. La crisis de crédito también planea sobre esta torre tambaleante. Las numerosas operaciones que ha realizado Portillo a los mandos de Colonial, como la compra de Riofisa y la adquisición de un 15 por ciento de FCC a 78 euros por acción, que, por cierto, ha cerrado el año en 51,4 euros -lo que supone unas minusvalías del 34,10 por ciento- dejan a la inmobiliaria con una elevada deuda. Pero este problema se agrava porque el aval de los préstamos para realizar tales operaciones son las acciones de la compañía, que acumulan desde enero el enorme descenso de un 62,32 por ciento. Estas circunstancias derrumban el valor de Colonial, que antes de caer ayer un 25,4 por ciento, el jueves cedió hasta un 16,56 por ciento. El desplome contagió en la sesión a dos inmobiliarias más: Martinsa y Aisa, que cayeron un 3,37 y un 5,6 por ciento respectivamente.