En ocasiones parece que el dinero físico, en papel, se ha quedado obsoleto, y algunas compañías optan por un pago en especie, o un tipo de trueque a la antigua usanza. Es el caso del acuerdo al que han llegado La Seda de Barcelona y Cepsa por el que la primera comprará a Cepsa el cien por cien de Interquisa. Para pagar esta compra, La Seda hará una ampliación de capital por valor de 505 millones de euros y la petrolera recibirá 217,5 millones de euros en acciones de la compañía. La operación de compra de Interquisa no se trata de una sorpresa. El presidente de la química, Rafael Español, ya había anunciado hace seis meses que esperaba finalizar el año con los deberes hechos y esta adquisición cerrada. En cifras concretas, del bolsillo de La Seda saldrán 595 millones de euros hacia el de Cepsa, y ésta se quedará con aproximadamente un 12 por ciento del capital de la compañía. En el corto día bursátil que vivió ayer La Seda, sus títulos perdieron un 8,21 por ciento para terminar en los 1,79 euros. Fue una breve jornada en el parqué para la compañía porque su cotización estuvo suspendida hasta las 13:00 horas. El mercado pareció no acoger con optimismo la compra de Interquisa y el valor llegó a desplomarse más de un 11 por ciento durante la sesión. Sus títulos marcaron su mínimo anual al alcanzar un precio que no marcaban desde septiembre de 2006. Una caída que se vio reforzada por el volumen de títulos negociados en la jornada. Cambiaron de manos más de 14,7 millones de acciones de la compañía, una cifra que triplica lo que se negocia de media diaria en el trimestre. Por otro lado, los títulos de Cepsa celebraron este acuerdo con una subida del 1,14 por ciento para terminar en los 70,80 euros.