Schäuble defiende que los países rescatados deberían ceder parte de su soberaníaberlín. El ala dura de Europa contraataca de nuevo. El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, se opone a que el mecanismo de rescate acordado en el caso de Grecia, por el cual se comprarán títulos de deuda pública en el mercado secundario, sea en el futuro un "cheque en blanco". Al contrario, este tipo de medidas se aplicará sólo en casos excepcionales "bajo condiciones muy estrictas, cuando el BCE establezca que hay circunstancias extraordinarias en los mercados financieros y peligro para la estabilidad financiera". Así lo defendía Schäuble en una carta que envió a los diputados de la CDU/CSU, y filtrada por medios germanos. Asimismo, Schäuble se atreve a señalar que la crisis de la deuda soberana europea no ha acabado con la cumbre, y vuelve a exigir que se mantengan los esfuerzos de consolidación fiscal y presupuestaria por parte de los Gobiernos para evitar el contagio. "Es probable que si Grecia aplica las reformas acordadas, pueda volver a tener su deuda bajo control", escribe en la misiva. En paralelo, el titular de Finanzas arremete contra sus vecinos en apuros, en una entrevista con el semanario Stern: "La integración debe avanzar y un Estado con problemas, que sea ayudado, debe ceder a cambio a la UE parte de sus derechos de soberanía". A su juicio, esta opción es mejor que expulsar a los países de la eurozona, lo cual podría tener unas consecuencias "incalculables para la estabilidad financiera y económica europea y global". Por otro lado, el ministro alemán no dudó en enviar un recado al Banco Central Europeo (BCE) al señalar que si los políticos europeos no critican a la institución europea, lo ideal sería que tampoco ocurriera a la inversa. En los últimos tiempos, el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, ha mantenido un duro pulso con los líderes europeos, con los alemanes a la cabeza, por su gestión de la crisis. Línea dura Con sus declaraciones, Schäuble certificó su condición de halcón en la crisis periférica. Ya en abril, agitó los cimientos de los mercados financieros y de la viabilidad de la Unión Económica y Monetaria (UEM) al señalar que Grecia se exponía a un impago de su deuda. Estas declaraciones introdujeron a la crisis en una segunda fase, más peligrosa aún que la anterior, hasta el punto de que ha desembocado en un segundo rescate para Atenas, aprobado el pasado jueves, y en la adopción de medidas adicionales que persiguen evitar la propagación del contagio, después de que Italia y España hayan sufrido unas presiones crecientes en los mercados financieros en las últimas semanas. Proyectos de inversión Por su parte, el ministro de Economía, Philipp Rösler, se reunió ayer con las 20 principales asociaciones económicas del país, con el objetivo de concebir planes de inversión que ayuden a incrementar la competitividad de Grecia. Las condiciones de inversión del país en crisis deben mejorar rápidamente, defendió el también líder liberal. Aunque no aportaron medidas concretas tras un primer encuentro -al que podrían seguir otros-, la industria alemana podría estar interesada en invertir en parques eólicos y solares, proyectos de telecomunicaciones y la construcción de carreteras.