Bernanke, más cauto sobre el crecimiento, alertó ayer del peligro de la inflaciónLondres / WASHINGTON. Una reunión menos. Y un mes por delante hasta la siguiente. Así debieron pensar ayer los miembros del Banco Central Europeo (BCE) al término de la reunión que tuvo lugar en Fráncfort. Son muy conscientes de que ahora no tienen margen de maniobra. Necesitan tiempo. Para que se despeje el panorama. Para ver cómo evolucionan el euro, el petróleo, las presiones inflacionistas y la crisis financiera. Y ayer compraron un mes. Entretanto, hicieron lo que pudieron: lo que, en primer lugar, equivale a mantener los tipos oficiales de la zona euro en el 4 por ciento vigente desde junio de este año. Pero también hay una segunda parte. La de las explicaciones. La de las pistas y los mensajes. Ésta la protagoniza el presidente de la institución, el francés Jean-Claude Trichet, que comparece ante los medios minutos después del fin de la reunión. Y ayer el banquero galo trató de salvar el expediente. Hizo lo que se esperaba de él punto por punto. La amenaza inflacionista Dada la espiral alcista en la que se ha sumido el petróleo en las últimas semanas, que le ha situado al borde de los 100 dólares por barril, resultaba lógico que el BCE advirtiera de los riesgos que penden sobre los precios. Y Trichet comenzó su discurso por ahí. "La información recabada desde la última reunión confirma totalmente que las expectativas sobre la estabilidad de precios a medio plazo están sujetas a riesgos alcistas", manifestó tras saludar a los asistentes. E incluso añadió que la institución siempre está preparada para combatir los posibles excesos en este apartado. Referencias obligatorias¿Significa esto que el BCE preparó el terreno para subir los tipos de manera inminente? Ni mucho menos. Sabe que ahora no es el momento. La inestabilidad financiera y la amenaza potencial que supone para la economía se lo impiden. "La continuación de la revaluación de los riesgos en los mercados financieros ha provocado una prolongación de la incertidumbre", reconoció. Mientras las turbulencias persistan, el BCE no puede elevar los intereses. Pero, al mismo tiempo, sabe que debe mantener a raya las expectativas sobre la inflación, y eso le obliga a referirse a los precios, por más que tenga asumido que ahora no se dan las circunstancias para endurecer las condiciones monetarias de la región. Los analistas también lo creen así. "Esperamos que los tipos permanezcan en el 4 por ciento en los próximos meses", dice José Luis Martínez, estratega en España de Citi. De ahí que ayer reiterara que va a "analizar muy detalladamente" la evolución de los datos para garantizar la estabilidad de la inflación. Con esta expresión, no se compromete a subir los tipos en la siguiente reunión ni baja la guardia con respecto a los precios, y más después de que la inflación de la zona euro haya repuntado del 2,1 al 2,6 por ciento en octubre. Además, la fortaleza del euro, que esta semana ha roto la barrera de los 1,47 dólares constituye un aliado para la cruzada antiinflacionista del BCE. A propósito del crecimiento económico, Trichet no se mostró demasiado preocupado. "Los fundamentos económicos de la zona euro permanecen sólidos y apoyan una previsión favorable sobre la actividad económica a medio plazo", indicó. Eso sí, no dio la espalda a la realidad, por lo que reconoció que el crecimiento se enfrenta a amenazas bajistas. Enemigos preocupantesY entre estos enemigos están "el potencial de un mayor impacto en la confianza", así como el endurecimiento en las condiciones de financiación. A la autoridad presidida por Trichet también le preocupa que haya mayores subidas del petróleo y las materias primas. Pero dentro de los peligros, hay uno muy sensible para el bolsillo de los ciudadanos, el concerniente a las tensiones en los mercados financieros. Pese a que los tipos oficiales se encuentran en el 4 por ciento desde hace cinco meses, el euribor a un año, que constituye la principal referencia para las hipotecas que tienen un interés variable, sigue sin relajarse. Aunque en octubre registró su primer descenso intermensual -cayó del 4,72 al 4,65 por ciento- tras dos años de aumentos, el descenso no se está produciendo al ritmo esperado. Para tratar de relajar esta situación, el BCE también anunció ayer que va a renovar dos líneas de financiación por un importe total de 115.000 millones de euros.Bernanke ve nubesY mientras, ¿qué pasa en Estados Unidos? El presidente de la Reserva Federal estadounidense, Ben Bernanke, comentó ayer que el crecimiento de EEUU se ralentizará significativamente en el cuarto trimestre, frente al tercero, como consecuencia del endurecimiento de las condiciones crediticias y la corrección en el mercado inmobiliario. En un discurso pronunciado ante el comité económico del Congreso norteamericano, Bernanke subrayó que las previsiones económicas han resultado afectadas "de manera importante" por los recientes acontecimientos en los mercados, que han ejercicio una "significativa presión" sobre la economía durante los próximos meses. La economía estadounidense creció un 3,9 por ciento en el tercer trimestre, recuperando su marcha frente al primer semestre de año.El presidente de la Fed expresó sus preocupaciones acerca de la evolución de la inflación en Estados Unidos debido a la escalada alcista de los precios del petróleo y a la debilidad del dólar, factores que podrían crear presiones inflacionistas.