MADRID. Como dice el sabio refranero popular español no hay mal que por bien no venga y eso es precisamente lo que podríamos pensar de la última corrección que han sufrido los principales bancos europeos y, más concretamente, el BBVA y el Santander, siempre que las caídas no profundicen y vayan más allá de los niveles vistos a corto plazo. Esto es así en la medida que las caídas de estas últimas jornadas podrían formar parte, en un contexto positivo, de figuras de vuelta alcista más ortodoxas y claras que las que hubiéramos tenido si las subidas se hubieran impuesto y no llega a formarse la última corrección. Todavía es pronto para echar las campanas al vuelo, pero si las cesiones tienen continuidad y se pierden los soportes tales como los 195 puntos en el sector europeo bancario (SX7P) o los 8 euros en el BBVA y 7,75-8 euros en el Santander. La cesión de estos soportes fundamentales no solamente cancelaría la posibilidad de ver patrones de giro como un cabeza y hombros invertido (hch) en el Santander, o un doble suelo (s1s2) en el BBVA o en el mismo sector (SX7P), sino que abriría muy probablemente la puerta a un escenario de continuidad bajista entre los bancos que no volverían a encontrar un soporte digno de mención hasta los mínimos del año pasado.