madrid. La corrección de los principales índices internacionales la semana pasada, aunque no deje de ser algo normal dentro de un proceso alcista en tendencia, fue demasiado severa para seguir hablando de fortaleza. Un ajuste vertical como el que vimos en muchas curvas de precios, en las que se corrigió alrededor de dos terceras partes del movimiento alcista previo, es un golpe de efecto de unos bajistas que parecían haber salido muy tocados, y abre un escenario menos alcista del que a priori nos sugería el comportamiento de Wall Street de hace quince días. Si a esto sumamos el deterioro que sufren los mercados emergentes y las materias primas, donde hubo hasta un conato de mini crash el jueves pasado, forma un cóctel explosivo que podría dilatar más en el tiempo la salida del proceso lateral que definen la mayoría de índices europeos que, a excepción del Dax 30, llevan año y medio consolidando posiciones dentro de un amplio rango de precios. El EuroStoxx 50 ha vuelto a aproximarse al techo de este movimiento, lo que invita a ser muy prudentes, pues no se puede descartar que por enésima vez el mercado europeo falle en su intento de salida al alza y sufra una fuerte corrección desde este entorno de fuerte resistencia. Los patrones de velas semanales son potencialmente bajistas, especialmente el del Russell 2000. Estas pautas de velas sugieren que se ha visto un techo y advierten de que la presión bajista podría tener continuidad en próximas fechas o, en el mejor de los casos, avisan de un escenario de corte lateral más complejo tanto analítica como operativamente.